Una ardua batalla electoral fue lo que se vivió el día de ayer en los Estados Unidos. Los resultados demuestran aún más la división que hoy existe en el país.
Hasta los momentos, el partido de Donald Trump lleva 25 gobernaciones ganadas, frente a las 22 de los demócratas.
El Senado sigue en control de “los rojos”, mientras que la “ola azul” logró hacerse con la Cámara de Representantes.
Este sería la primera vez en ocho años que los demócratas logran hacerse con la mayoría de la Cámara, lo que representa un posible obstáculo para la agenda de Trump, detalla Reuters.
Nancy Pelosi, la líder del partido en la Cámara de Representantes, no tardó en asegurar que ahora habrá control sobre las acciones del mandatario.
Gracias, mañana será un nuevo día para Estados Unidos
Con la mayoría en la Cámara baja, los demócratas tendrán el poder para investigar las declaraciones de impuestos de Trump y posibles conflictos de interés, además de desafiar sus acercamientos con Arabia Saudita, Rusia y Corea del Norte.
También podrán obligar a Trump a reducir sus ambiciones legislativas, posiblemente condenando sus promesas de financiamiento de un muro en la frontera con México, aprobar un segundo gran paquete de recorte de impuestos o llevar adelante sus políticas comerciales de línea dura.
Además, los demócratas ahora tienen en su poder la posibilidad de impugnar a Trump, en caso de que se certifique obstrucción a la justicia, o que su campaña en 2016 se coludió con Rusia.
Pero el Congreso no podría destituirlo sin una mayoría de dos tercios en el Senado, que seguirá controlado por los republicanos.
Los demócratas en la Cámara baja podrían apostar por iniciar una investigación utilizando los resultados de una pesquisa de 18 meses del fiscal especial Robert Mueller sobre acusaciones de interferencia rusa para apoyar a Trump en la elección presidencial del 2016.
Otro enfoque
Ahora con este nuevo panorama político sobre el republicano, este deberá ampliar sus horizontes y concentrarse en paquetes que pueda recibir el respaldo bipartidista, como un paquete de infraestructura o protección contra incrementos de precios de medicamentos con receta.
También pondrá a prueba la capacidad de Trump de forjar compromisos, algo en lo que ha mostrado poco interés en los últimos dos años en que los republicanos controlaron ambas cámaras del Congreso.
La pérdida de poder probará además el control político del mandatario sobre sus correligionarios de la Cámara de Representantes.
Redacción Cubanos por el Mundo