Una vez más la presión ejercida desde el sector privado obligó al régimen de Cuba a dar marcha atrás a otro polémico requisito, el de exigir cuentas bancarias fiscales para poder operar en la Isla, informa AméricaTeVé.
De acuerdo con las nuevas regulaciones que entraron en vigencia a partir del 7 de diciembre, los cuentapropistas debían tener este tipo de cuentas para desarrollar su labor en Cuba, pero esto fue blanco de duras críticas.
Rosa Queija, una cubana consultada por la propia televisión castrista, pidió menos trabas y más “agilidad” en los procesos del sector privado para que “todos mejoremos”.
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Ante esa presión, el régimen anunció que en un principio este requisito sólo se aplicará a los seis negocios que se considera reportan más ganancias:
- Paladares
- Cafeterías
- Bares y recreación
- Alquiler de viviendas
- Taxis privados
- Construcción y reparación de casas.
El profesor de economía de la Universidad Internacional de la Florida Jorge Salazar Carrillo dice que estas cuentas bancarias fiscales es una medida desesperada que sólo se aplica para intentar controlar aún más a los negocios privados y la corrupción de los inspectores fiscales del propio régimen.
Eso no existe en ninguna parte del mundo. Hay otras maneras de controlar las actividades subterráneas, pero no a través de los bancos, eso quiere decir que hay un desespero.
Ante los duros cuestionamientos de cuentapropistas cubanos sobre estas cuentas bancarias fiscales, el régimen redujo ahora el número de documentos que se exigían para abrirlas, de tres a dos cuotas mensuales tributarias el monto mínimo que cada negocio debe mantener en estas cuentas y aumento de un 20 a un 35 por ciento el efectivo que los cuentapropistas pueden usar de ella, para lo que el gobierno llama pagos menores e imprevistos
Redacción Cubanos por el Mundo