Sin sorpresas y sin esperanza. El parlamento cubano, encabezado por el mandamás Miguel Díaz-Canel, aprobó el nuevo texto constitucional que será puesto a referendo el próximo 24 de febrero, donde se reconoce a la propiedad privada, pero no se renuncia al comunismo a pesar de que este ha fracaso en la Isla por 60 años.
Díaz-Canel indicó que con esta nueva Constitución, Cuba sigue siendo “revolucionaria y socialista”, alegando que con este el Estado podrá encausar su labor, promesa que lleva haciendo desde que Fidel Castro tomó el poder en 1959.
La Ley Fundamental, que acabamos de aprobar, reafirma el rumbo socialista de la revolución y nos permite encausar la labor del Estado en el perfeccionamiento continuo de la sociedad
El texto constitucional fue aprobado por unanimidad en una sesión de la Asamblea Nacional, en presencia de Raúl Castro, informa AFP.
Este proceso, que continúa con la celebración del referendo el 24 de febrero es una genuina y excepcional demostración del ejercicio del poder por el pueblo
La nueva Carta Magna estuvo sometida a cambio considerados “estratégicos” como lo es la eliminación del matrimonio igualitario en la Isla, aunque la diputada Mariela Castro Espín afirmó que esto se mantendría.
El texto restituye el “comunismo” como meta de la sociedad, que había sido eliminado en el proyecto inicial, y al PCC como “fuerza política” dirigente, que “orienta los esfuerzos comunes en la construcción del socialismo y el avance hacia la sociedad comunista”.
Habla la disidencia
La Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) indicó, en un comunicado, de que afirmar que el socialismo y el comunismo es la manera de “alcanzar la dignidad plena” es una ofensa a la “inteligencia y una total ceguera”, pues hoy vemos como miles de cubanos deben hacer largas colas para conseguir pan, carne y otros productos, o temen morir aplastados por sus casas en mal estado.
Decir que ‘sólo en el socialismo y en el comunismo el ser humano alcanza su dignidad plena’ resulta una ofensa a la inteligencia y una total ceguera a 60 años
El proyecto sienta las bases para integrar diferentes actores económicos, al reconocer el papel dinamizador del mercado en la economía socialista, y la propiedad privada así como la inversión extranjera como elementos complementarios para el desarrollo del país.
Redacción Cubano por el Mundo