La tensión entre los partidarios del “Sí” y el “No” crece medida que se aproxima el Referendo Constitucional del 24 de febrero.
La poeta Katherine Bisquet denunció a través de su cuenta de Facebook que fue agredida físicamente este martes tras su participación en la Feria Internacional del Libro de La Habana por manifestar su desacuerdo con la nueva constitución cubana y el Decreto 349.
“Hoy después de terminada mi lectura de poesía en el Pabellón Cuba, fui agredida físicamente por la trabajadora de la Casa de la Poesía Alejandra Ferrer Cairo, organizadora del evento donde leía”, señaló la joven escritora en su perfil de Facebook.
Ella cuenta que un mes antes había decidido que en sus lecturas programadas durante la feria literaria, “antes de leer mi primer poema, haría una pequeña declaración en contra del Decreto 349. A eso se le sumó la efervescente campaña por el “Sí” a las votaciones de la Constitución que se realiza en todo el país y decidí, de igual manera”.
Con ese fin Bisquet decidió presentarse a la lectura con un pulóver sobre el que se leía #YoVotoNo, la etiqueta que ha servido de bandera para esa campaña en las redes sociales.
Los hechos
“Entré al Salón de Mayo del Pabellón Cuba, ya empezada la lectura de poesía. Esperé mi turno de lectura. Me quité la camisa que portaba por encima del pulóver con el letrero. Me senté al frente junto con la moderadora Liliana Rodríguez, actual vicepresidenta de la AHS, y otros tres poetas”, narra.
“Leí de última, sin ninguna intervención, aunque con algunas vistas incómodas”, dice la autora, quien hizo su declaración contra el Decreto 349, que criminaliza el arte independiente en la Isla.
Terminada la lectura, Bisquet fue hasta su asiento, parte del público la felicitó por su actitud, según su post, pero “al cabo de cinco minutos, llega Alejandra Ferrer Cairo, a pedirme la credencial”.
La joven poetisa, que obtuvo Mención en el más reciente Premio Calendario (el más importante para jóvenes escritores en Cuba), “extrañada y molesta” pidió en voz baja a Ferrer Cairo salir del salón para hablar.
Ferrer Cairo, entonces, “arremetió contra mí en ese mismo instante” con un buen tirón de pelos, dice Bisquet, “cosa que muchos miraron extrañados y yo tras lo sucedido salí tras ella afuera del salón”.
“Saliendo, bueno, todo sucedió en fracciones de segundos, se lanzó contra mí y no soltó mi pelo, hasta que el alboroto avisó a los que estaban dentro, casi todos hombres, y salieron a separarnos”, relata.
“Yo por la conmoción y el impacto entré en un ataque de llanto y la solté al momento, pues no me creí que, una persona que conocía hacía ya nueve años, tras haber estudiado juntas en la Universidad, tras tener un pensamiento nada diferente al mío, sobre todo de una persona que ha pensado irse de este país toda su vida porque le genera tanta repulsión, hija de un balsero que casi pierde su vida en el mar por conseguir su propósito; sencillamente, si en algún momento hubiese esperado un acto de repudio, terminada mi lectura satisfactoriamente y dicho lo que tenía que decir, sencillamente de la persona que menos hubiese esperado eso y menos con tanta violencia y odio, fuera de ella”, expresó Bisquet.
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