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Le extirparon los ojos por negligencia médica en Cuba

Médico cubano

Enrique Misael Peña, es una víctima más de las ya constantes negligencias médicas que se ven Cuba, país que, según el régimen, tiene el mejor sistema de salud del continente.

Este cubano de 45 años de edad, relató en un correo enviado a Cubanos por el Mundo, como fue el proceso que lo dejó sin visión, y que ahora, en un intento por reclamar una respuesta clara, el régimen se hace de la vista gorda.

Todo comenzó en abril de 2014. Peña Morgado sufre de diabetes y ese mes fue diagnostica con Retinopatía Diabética por la doctora Leticia Verona Ugando. Para tratar este padecimiento, la mujer recomendó una inyección de de triancinolona en cada ojo.

Peña, oriundo de Ciego de Ávila, pensó que era algo rutinario, pues ya anteriormente se le había aplicado y todo había marchado bien, pero esta vez resultó diferente.

“El día 8 de abril del 2014 una semana después del diagnóstico se me realiza el procedimiento en ambos ojos simultáneamente por la ya citada doctora. Ocho días después de aplicar el procedimiento acudo nuevamente a la consulta por presentar enrojecimiento y mucho dolor ocular en el ojo izquierdo. La primera acción de la doctora fue volverme a llevar a ese mismo salón e inyectarme nuevamente el ojo con antibiótico y dejarme internado en el hospital y hacer responsables a mis familiares de echarme las gotas en los ojos las cuales eran muchas y muy frecuentes”.

Pero al cabo de los días su ojo derecho comenzó a sufrir del mismo dolor, y los médicos insistían en darle antibióticos sin ofrecerle un diagnostico completo.

“Ya al transcurrir esa semana fui enviado para el Hospital Ramón Pando Ferrer en La Habana sin ni siquiera saber qué me había sucedido, porque nadie nos lo comunicó, en el Pando Ferrer Después de haberme realizado varias pruebas me diagnosticaron que tenía dos tipos de bacterias: una era Staphylococcus aureus y la otra Staphylococcus warneri. Cada día yo me sentía peor y al cabo de los 15 días fue entonces que las pruebas arrojaron la existencia dentro de mis ojos de un hongo llamado Aspergillus fumigatus”.

Peña quedó impactado. ¿Cómo llegaron esas bacterias a sus ojos? ¿Por qué no se lo habían informado antes?.  

“Desde que llegué al Pando Ferrer me realizaron 5 operaciones llamadas vitriectomías con el objetivo de limpiar el interior de mis ojos, además de recibir muchas inyecciones de Anfotericin B, que es un antimicótico, sin arrojar resultado alguno. Cada día era peor porque esa infección ya estaba avanzando para detrás de mis ojos. Ya sin tener visión en el ojo derecho y casi ninguna en el izquierdo, ya que estaba inflamado y empujaba hacia afuera, determinan trasladarme para el Hospital Hermanos Amejeiras para realizar un tratamiento que consistía en colocar un catéter en mi cuello para introducir el Anfotericin B y así controlar dicha infección y que no afectara mi sistema nervioso ya que podía traer graves problemas para mi vida”.

Pero nada de esto resultó, sino todo lo contrario, el tratamiento en si estaba acabando con sus riñones y otros órganos por lo que tuvieron que suspenderlo.

“Al mes y unos días de estar en ese hospital, donde tuve hasta desprendimiento de retina, el hongo se volvió a reactivar y los médicos me plantearon que si esa infección no cedía había que proceder a quitarme el ojo. Por ello los médicos deciden trasladarme nuevamente al Pando Ferrer para proceder a realizar la operación para quitarme el ojo. Mi estancia en la Habana fue de tres meses. Ya recuperado de la operación deciden darme el alta y entonces comenzó el ojo derecho a darme mucho dolor. Así me mantuve por varios meses, yendo a turnos en la Habana y tomando un medicamento que me mantenía altos los niveles de la glicemia hasta que se determinó realizar una operación para quitarme el ojo derecho”.

Sin respuesta

Tras la extirpación de sus dos ojos, este cubano decidió reclamar ante las autoridades castrista, pues no es justo lo que le había sucedido.

Además, recibió información de que en el hospital donde le fueron colocadas las inyecciones, había la presencia de una bacteria llamada Ántrax, con alto riesgo de contaminación.

Por lo que envió una carta al Ministerio de Salud Pública con la reclamación.

“Después de haber realizado esta carta vinieron a darle respuesta a mi madre que no estuvo conforme con la respuesta dada por los compañeros de salud. 
El 10 de agosto del 2014 vinieron a darle respuesta a mi esposa. Ella no estuvo conforme y le pidió a esos compañeros de salud que ella necesitaba que otras personas le dieran la cara para resolver esta situación. El 17 de septiembre del 2014 nos citaron para la Dirección de Salud Publica Provincial de Ciego de Ávila donde la directora de hospitales nos dice que nos van a reunir allí porque somos un caso excepcional porque no se acostumbra a realizar eso cuando alguien presenta una queja. En dicha reunión estaba presidida por el subdirector de salud provincial Noel, la Dr. implicada en esta situación, Dr. Naiza de Oftalmología, Dr. María Eufemia directora de centro Oftalmológico, la directora de hospitales de la provincia y otros compañeros más”.

La reunión no sirvió de nada. La doctora esgrimió que de igual forma Peña iba a quedar ciego, obviando los riesgos que significó la negligencia médica a la que fue sometido.

¿Solución?

Como parte de una “solución justa”, este hombre fue jubilado con un salario de 270.00 pesos en moneda nacional, que equivalen a unos 11 dólares.

“Mi esposa perdió el trabajo por esta situación y además tenemos una niña que alimentar y con lo que me queda de la chequera tengo que pagar la electricidad. Hasta ahora nadie se ha preguntado con qué nosotros vivimos ni qué comemos. En esa reunión se acordó que los compañeros del ministerio de trabajo debían solicitar una ayuda económica para mi núcleo familiar, pero que eso solo lo aprobaba la ministra de trabajo y que no era seguro que se aprobara, que era un trámite que demoraba, que de aprobarse no sería mucho y que en el momento en que mi esposa o mi hija comenzaran a trabajar, me lo quitaban”.

Redacción Cubanos por el Mundo

Written by John Márquez

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