La empresa cubana de bebidas alcohólicas, Barcadí quiere el derecho de demandar para buscar hacer justicia en relación con la confiscación de sus propiedades en Cuba por parte del régimen de Fidel Castro hace casi 60 años.
Esto luego de la apertura por parte de Estados Unidos para las demandas contra empresas cubanas que se benefician de propiedades incautadas después de la “revolución” de 1959.
Bacardí, compañía fundada en Santiago de Cuba en 1862, ha luchado con Pernod-Ricard en las cortes de los EE. UU. Durante años, a través de quien posee el derecho al nombre de Havana Club.
Bacardí dijo a The Royal Gazette : “Bacardí, como muchos otros, es una empresa que perdió todas sus propiedades cubanas en confiscación ilegal sin compensación”.
El gigante mundial de las bebidas propiedad de una familia se mudó a Bermudas en 1965, después de que el régimen comunista de Cuba confiscó los activos privados de la compañía en octubre de 1960.
“Respaldamos el derecho y la capacidad de los afectados para buscar justicia y evitar un mayor tráfico de propiedades robadas”, aseguró el representante de Bacardí.
Ley Helms- Burton
La administración del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, esta semana abrió la puerta a un número limitado de acciones legales en virtud de una sección del Título III de la Ley Helms-Burton.
El Título III permite la protección de los derechos de propiedad en Cuba, creando la oportunidad de demandar a aquellos que “trafican” a las propiedades confiscadas, como los propietarios de hoteles que usan sitios que fueron incautados décadas antes.
Los sucesivos presidentes de los EE. UU. Han suspendido el Título III por períodos seguidos de seis meses, dado el potencial de acciones legales complejas y costosas contra muchas empresas globales y el potencial de disputas comerciales posteriores con los EE. UU.
Empresas involucradas con el régimen
Los principales inversionistas en Cuba incluyen al gigante del tabaco británico Imperial Brands, que tiene una empresa conjunta con el gobierno cubano que fabrica cigarros de primera calidad; Los hoteleros españoles Iberostar y Melia, que dirigen docenas de hoteles en toda la isla; y el fabricante de bebidas francés Pernod-Ricard, que elabora el ron Havana Club con un destilador estatal cubano.
El aflojamiento de la suspensión de esta semana limita los juicios en virtud del Título III a una lista de alrededor de 200 empresas y agencias gubernamentales cubanas que ya están sujetas a sanciones especiales de los Estados Unidos porque están vinculados a los ministerios de inteligencia y militares cubanos.
No obstante, existen indicios de que una acción más firme podría estar en el camino La administración de Trump dijo que su última suspensión del Título III expiraría después de 30 días, mientras que la mayoría de las suspensiones anteriores han durado seis meses.
Presión para la salida del régimen en Venezuela
La acción deñ Gobierno de Trump se presenta como una represalia por el apoyo de Cuba a Nicolás Maduro, el presidente de Venezuela, a quien Estados Unidos está tratando de derrocar a favor del líder opositor Juan Guaido.
Estados Unidos ha mantenido un embargo comercial de seis décadas contra Cuba.
Redacción Cubanos por el Mundo