El régimen cubano admitió que no puede frenar la corrupción dentro de la Isla. Así lo expresa en el informe anual de la Contraloría General cubana correspondiente a 2018.
De acuerdo a la contralora general, Gladys Bejerano Portela, esto se debe a la falta documentación en los sistemas contables de las empresas estatales y a que estos carecen de registros primarios, según el diario oficialista Granma.
La funcionaria castrista aseguró que se hacen tratamientos contables incorrectos, se saltan los cuadres diarios; no se emiten vales de entrega y devolución de productos y “al débil monitoreo” de los jefes de la supervisión.
El problema más grave, en opinión de Bejerano, lo tienen en las unidades y empresas, por lo que no tiene sentido que los cuadros que están al frente de éstas asistan a cursos teóricos si no tienen habilidades de dirección.
Comercio del castrismo
Por otra parte, Granma cita en su nota a Betsy Díaz Velázquez, ministra de Comercio Interior, quien admitió que las actividades mayoristas y minoristas del sector que dirige son las que concentran el mayor número de hechos delictivos.
De ahí que sea en estas áreas donde se lleva a cabo “la mayor depuración de actos” para que la contabilidad funcione.
Este jueves el sucesor de la dictadura Miguel Díaz-Canel había dicho que para frenar las ilegalidades se debía empezar por poner el fin al robo de combustible.
En una reciente inspección a la administración provincial del Estado, el régimen detectó la falta de documentos primarios que justifiquen la actividad, “el deterioro de los índices de consumo”; el descontrol de las tarjetas magnéticas y la mala utilización de los GPS.
El ministro de Economía, Alejandro Gil Fernández, aseguró que el régimen ha retirado 180 toneladas de combustible a las empresas estatales que han recibido calificación deficiente en el control del robo de petróleo y gasolina.
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Redacción Cubanos por el Mundo