Chencha llega a su casa en Buenavista, cansada, agobiada, después de 1 hora de cola para comprar 2 paqueticos de muslos de pollo. Abre el congelador, los guarda y los mira como si fueran un trofeo a esfuerzos y constancias. Va a la cocina y se toma un poco de cafe frio, se sienta en la sala a repasar recuerdos, alguien toca a la puerta y unos gritos rompen la tranquilidad de la tarde.
– Chencha por tu madre, abre la puerta que me va a dar una sirimba.
Chencha se levanta a abrirle la puerta a Nena que amenaza desmayarse en el portal.
– No me asustes Nena, mira que me sube la presion y exploto como Kafunga.
– La presion y la bilurrubina y hasta los muertos se te van a subir. ¿Tú viste la mesa redonda de esta tarde?
– Tú sabes que yo no veo las mesas redondas, ni las mentes cuadradas Yo no tengo tiempo pa’ la mierda esa , que hay que lucharla muy duro pa’ inventar qué cocinar, pa’ estar en la comemierderia esa.
– Precisamente de cocinar se trata Chencha, a ti que te gusta inventar en la cocina, ponte pa’ esto, que dentro de poco te veo cocinando avestruces, jutías y cocodrilos.
– ¿A ti te hizo daño el picadillo de soya o la lejanía de caldero te afecto el cerebro? Las jutías están en extinción, en Cuba no hay avestruces y los cocodrilos, si empezamos a meterle mano en 1 año desaparecen.
– Pues así mismitico mi santa, que van a empezar a ‘cultivar” avestruces para que nos los comamos. ¿ Te imaginas en la carnicería, esta semana toca jutía por pescao o el avestruz no llego y vamos a dar cocodrilo a media libra por persona, pero tienen que cazarlo y matarlo entre todos. Ay mi negra, esto es mucho pa’ un cartucho, yo no entiendo na’.
– Así que después del picadillo de soya, la pasta de oca, la masa cárnica, el café con chícharo y to’ los inventos y experimentos que han hecho con nosotros, ahora le tocó a esos pobres animalitos que no se han metió con nadie.
– Así mismito mi santa, te acuerdas de F1, ubre blanca y to’ los inventos esos que nos costaron sacrificio y al final na’.
– Y qué me dices del Cordón de La Habana y el café caturla y las cortinas rompe vientos. Carajo que se pasan la vida inventando a costa de nosotros y a nadie le pasa na’, a nadie le piden cuenta de fracasos y recursos perdidos. Nosotros somos los que pagamos los platos rotos.
– Dicen que se avecinan tiempos difíciles.
– ¿ Y qué cojones hemos estado viviendo hasta ahora? Que no jodan, Yo ya tengo 75 años y lo único que recuerdo son tiempos difíciles, que si resistir, que convertir el revés en victoria, que si ahora si que vamos a construir el socialismo, ¡Hasta cuándo los 15 de Jacquelyn!
Alguien toca a la puerta, Chencha se asoma y le hace señas a Nena que se calle, Regla la presidenta del comité es quien toca a la puerta.
– Siéntate Regla, voy a hacerte un poquito de café, ayer llegó a la bodega.
– No Chencha, mejor dame un clordiazepoxido que yo creo que tengo la presión alta. Me quedé dormida con el televisor puesto y me desperté muy nerviosa, me la pasé soñando con jutías, cocodrilos. avestruces y vacas estabuladas, un sueño horrible.
– Pues no era un sueño, es una realidad, que van a empezar el “cultivo” de esos animalitos para que nosotros nos lo comamos.
– Chencha, ¿Eso que dice Nena es verdad ?
– Como lo oyes mi santa, que se acabó la carne de puerco y de res y ahora va a ser a golpe de jutías, avestruces y cocodrilos, pa’ que te enteres.
– Yo con ustedes tengo confianza, que son muchos años de conocernos y mucho que hemos pasado juntas, ¿ Hasta cuándo vamos a seguir inventando? Tirando piedras como locos, mientras la gente pasa hambre y se desgasta. Son muchos años de promesas y una se ha hecho vieja y se la ha ido la vida, esperando un milagro que no llega. A veces me dan ganas de mandar todo a la mierda y entregar el carné, no aguanto más.
– Cálmate Reglita, no te pongas así, te voy a hacer un poco de café, pero del bueno, que mi hermano me mandó un paquete de Bustelo y está especial.
– Regla y cambiando de palo pa’ rumba, ¿Tú te has puesto a pensar en la caldosa del 28 de septiembre con una cabeza de cocodrilo o de avestruz?
– Tú quieres que me dé un soponcio aquí mismo Nena, por tu madre, no sigas.
– Si yo abro el congelador y me encuentro una jutía congelá empiezo a dar gritos y salgo corriendo, con el miedo que yo le tengo a los ratones.
Chencha sirve el café, las amigas lo saborean, Nena las mira y les dice.
– Este domingo deberíamos ir juntas al Zoológico, vaya pa’ ir entrando en confianza con los animalitos esos y que no nos cojan de sorpresa.
Las amigas se miran y ríen olvidando problemas y angustias; que la risa tiene ese poder y lleva años ayudándonos a sobrevivir. Porque allá en el futuro, una carcajada inmensa nos espera en esa prometida “patria con todos y para el bien de todos”
Auto: Habanero2000 /José Iturriaga