Luis Álvarez, un detective de la Policía de Nueva York de origen cubano, murió este sábado tras luchar con un cáncer de pulmón, que presuntamente se le generó a raíz de las sustancias que aspiró durante los tres meses que pasó buscando víctimas entre los escombros de las Torres Gemelas tras el atentado del 11-S de 2001.
Álvarez de 53 años, estuvo internado en el hospital de Rockville, en Nueva York. El polvo, el humo, los productos químicos y tóxicos que emanaron de los escombros afectaron a bomberos, policías, obreros de la construcción y otros trabajadores de emergencia que actuaron tras lo ocurrido y muchos han sufrido, como consecuencia, problemas respiratorios, trastornos digestivos, cáncer de pulmón y otros tipos de cáncer.
Álvarez estuvo tres meses buscando entre las ruinas de los edificios y las azoteas de los edificios cercanos a supervivientes y restos de sus compañeros muertos, detalla La Vanguardia.
El fallecido fue uno de los principales luchadores por la creación de un fondo con recursos públicos para compensar a los bomberos y policías, así como a sus familias, que trabajaron en las ruinas del World Trade Center.
Redacción Cubanos por el Mundo