A la extensa lista de productos que escasean en Cuba se le suma ahora el agua. En la provincia nororiental de Holguín, el vital líquido brilla por su ausencia, mientras los holguineros se las ingenian para conseguir aunque sea un poco.
Cada vez se hace más común ver en los puntos de venta esparcidos por la ciudad los carteles de “No hay agua”, reseña CubaNet.
Esta urbe, que es la tercera más poblada después de Santiago de Cuba y La Habana, tiene sus pozos contaminados, por lo que su gente depende es del agua potable que se vende en los llamados Puntos.
“No abastecen de agua potable a los Puntos y dependemos de ellos, porque aquí el agua de los pozos está contaminada”, dice Nidia Infante Aguilera.
Dicha escasez afecta a niños, adultos y ancianos por igual.
Nidia, una de las afectadas, dedicó su vida a trabajar por la revolución, pero ahora no consigue como calmar su sed.
Pero no solo el agua para beber presenta problemas. El agua corriente, para lavar por lo menos la casa, tampoco llega.
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El servicio restringido y deficiente de la empresa de acueducto le impide llenar los tanques de la casa.
“Ponen el agua muy poco tiempo y sin presión”, se queja.
Altos precios de agua
La escasez y la crisis duplicó los precios de este necesario producto, por lo que solo una minoría privilegiada accede a él.
Belkis Gálvez Montoya ahorra al máximo los 20 litros de agua por los que paga diez pesos a un vendedor, que la trae en un bidón desde un punto lejano del reparto Alex Urquiola, donde vive.
“Hay escasez en todos los puntos, y los más afectados somos las personas de la tercera edad. Mi chequera de 270 pesos mensuales apenas me alcanza para pagar”, dice Gálvez.
El año pasado, el régimen llevó a cabo la instalación de equipos de bombeo, que suponía “disminuiría los ciclos de distribución del agua”, o al menos así lo aseguró Eudelio Ricardo Mondéjar, delegado del Instituto de Recursos Hidráulicos en Holguín.
Pero, como la mayoría de las promesas de la dictadura, quedó en la nada, y hoy son los holguineros quienes pagan las consecuencias.
Redacción Cubanos por el Mundo