Miguel Díaz-Canel, el nuevo dictador cubano, es más de lo mismo, o al menos así lo dio a entender Mario Félix Lleonart Barroso, un pastor cubano que representó a Cuba en un grupo de 28 religiosos que visitaron a Donald Trump en la Casa Blanca para condenar la persecución de los regímenes totalitarios contras las religiones.
Leonar Barroso fue directo con la respuesta a la pregunta hecha por el mandatario estadounidense, de si con Díaz-Canel al poder, la situación en la Isla había cambiado, informa PanAmPost.
“No”, dijo el pastor, quien además denunció que el régimen cubano tiene detenido a un colega suyo en Guantánamo por querer educar él mismo a su hijo bajo la modalidad conocida como homeschooling.
El encuentro de Trump con los religiosos se debe al inicio de una cruzada en defensa de la la libertad de culto como parte de la Conferencia Ministerial para Promover la Libertad Religiosa (IRF)
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Pastor denuncia trabajos forzosos
Para el castrismo, tener una religión distinta o preferencia sexual diferente es un delito que se paga con trabajo forzoso.
Es por eso que en Cuba existen los los campos de trabajo forzado, cuya consigna es “el trabajo los hará hombres”.
Las también conocidas Unidades Militares de Ayuda a la Producción (UMAP), lideradas en un principio por el Che Guevara, son una especia de campos de concentración a donde son enviados los que hacen visibles sus preferencias religiosas y sexuales distintas a las del castrismo.
En 1965 empezaron las purgas en las universidades con el lema “la universidad es para los revolucionarios”.
Así, todo aquel con una “conducta impropia” era denunciado por sus propios compañeros para ser expulsado y “corregido” en las UMAP.
Pero, luego de la visita del papa Juan Pablo II, fue que Cuba restituyó la Navidad y con la caída del Muro de Berlín y la disolución de la Unión Soviética, al castrismo no le quedó de otra que abrirse más al mundo.
Redacción Cubanos por el Mundo