Aristides Mainer Cobas, un anciano cubano de 87 años, comenta para Cubanet cómo desde hace 54 años espera por la indemnización por la intervención de su negocio que nunca llegó.
Una de tantas historias de deudas pendientes del régimen cubano, a la que tendría que responder Díaz-Canel por ser “continuidad” del sistema.
Desde su vivienda, el anciano cubano relata, que el 13 de marzo de 1952 instaló su negocio y que 14 años más tarde, tras la instauración de la “revolución”, le robaron el fruto de su trabajo.
Según comenta, era el año 1966, cuando lo sorprendieron guardias con rifles largos, quienes sin mediar palabras, ni ningún tipo de documentación, justificaron la decisión de intervención.
“Me dijeron está intervenido y ya”.
Asegura que a través de los medios de comunicación, ha escuchado de historias de familiares de extranjeros – ni siquiera antiguos propietarios- que reclaman la indemnización tras las intervenciones de la época de Fidel.
Por ello, cuestiona el anciano que cómo siendo cubano y habiendo trabajado por ello, no se le paga lo que le corresponde. “¿Por qué si yo soy cubano, me trabajé lo mío, trabajador por mí, por qué no se me paga?” agrega.
Comenta con sentimiento cómo trabajó para lograr su tienda y asegura que cuenta con testigos en el barrio de su negocio y del trabajo que tuvo que pasar para verlo cristalizado, mismo que le fue arrebatado en un abrir y cerrar de ojos.
“¿Por qué no tengo derecho a que se me pague?” cuestiona.
Buscando respuestas
El anciano insiste en que lo que le hicieron fue una “estafa”. “¿A quién tengo que ver para que se me pague lo mío? A mí me estafaron, me robaron. Se me cogieron lo mío, me robaron y no me han pagado. Hace 54 años y no me han pagado. ¿Cómo se llama eso?”.
Redacción Cubanos por el Mundo