Anthony Luis Echemendía Orduña es un campeón nato. Con solo 19 años, este atleta se convirtió en doble campeón nacional de lucha libre y greco por Arizona, ciudad estadounidense en la que reside tras abandonar Cuba.
Según detalla el Nuevo Herald, parece que el oro “persigue” a Echemendía, quien en su carrera como luchador solo ha perdido una sola vez.
Representó a Cuba en varios encuentros, pero al ver las pocas condiciones de vida que existen en la Isla, decidió abandonar la delegación cuando se encontraba entrenando en Guatemala.
Ahora su sueño es representar a los Estados Unidos en las Olimpiadas, para lo que entrena sin descanso.
“Mi sueño era ganar una medalla olímpica para Cuba. Hoy quiero ganarla para Estados Unidos”, dijo el joven atleta.
Ya falta poco para acogerse a la Ley de Ajuste Cubano, por lo que podrá obtener la residencia permanente y así comenzar los trámites que le permitirán cumplir su sueño.
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Cuando tenía 18 años, fue cuando decidió abandonar Cuba, sin siquiera decirle a sus padres. Fue con ayuda de unos familiares en Estados Unidos que logró atravesar Centroamérica para pedir asilo político en la frontera con México.
“Fue muy duro. No le dije nada a mis padres para no preocuparlos, pero decidí seguir mi camino a Estados Unidos y comencé a buscar ayuda de mis familiares”, dijo.
Ahora, este joven es considerado por el régimen cubano un desertor, y tiene prohibido regresar por ocho años.
Pasó dos meses y 20 días detenido por Inmigración, pero obtuvo un parole y se fue a vivir con sus familiares en Nuevo México.
“Allí me contactó mi entrenador actual, Fernando Villaescusa, una persona que se ha convertido en mi familia y me apoya todo el tiempo. Comencé a estudiar y formarme en la secundaria (preuniversitario para Cuba) Sunnyside HS”, cuenta.
Desde entonces su carrera sufrió un repunte. Ha competido en varios torneos, todos los ha ganado.
“Competí en torneos locales y los gané, al igual que otra serie de torneos pequeños. Luego fui al torneo estatal, el más grande de Arizona, también lo gané. Hace una semana fui representando a mi estado en el torneo Fargo nacional, y también lo gané en los dos estilos. Hacía cinco años que nadie lograba ese triunfo”, dijo el atleta.
Le gusta hablar con su familia en la central provincia de Sancti Spíritus, afirmando que es lo que más extraña de su país.
Su incursión en el deporte vino de la mano de su madre, quien fue gimnasta, pero fueron su padre y su hermano mayor, ambos luchadores, lo inspiraron a escoger ese deporte. Con solo siete años representó por primera vez a su municipio y desde entonces su vida ha estado ligada a los colchones.
“Los deportistas cubanos que están en Cuba son gente muy valiente. Sin condiciones, trabajan duro para poner en alto el nombre de su país. Eso es algo muy bonito”, dijo.
Atleta buscando “cosas grandes”
El joven llegó al país del norte buscando “cosas grandes”. Se unió al Programa de Atletas de Clase Mundial del Ejército (WCAP), por lo que podrá servir en el “Army” a la vez que entrena.
Este programa le abre un camino expedito a la ciudadanía, requisito para cumplir su sueño de ir a las Olimpiadas representando a Estados Unidos.
“Quise abrir otras puertas, tomar otras oportunidades. Entiendo que todo el mundo no piense igual y que algunos de mis compañeros no opinen así. El que es feliz en Cuba y quiere quedarse allí, yo lo respeto. Respeto la opinión de todos. Pero este país es grandioso. Lo que tú te propongas, lo puedes conseguir trabajando duro”, dijo.
Redacción Cubanos por el Mundo