El reciente indulto del régimen a más de dos mil presos en Cuba no fue del todo “equilibrado” según denunció la abogada Mairennys Pavo Oñate, una ex inquilina de los calabozos castristas, quien purgó una pena de siete años de prisión.
El tiempo que estuvo en prisión, dejó amistados dentro del recinto carcelario, y fue desde ahí que le indicaron que para el indulto no fueron tomadas mujeres embarazadas o enfermas, contrariando a lo dicho por la prensa oficialista.
“Me cuentan que se les dio el indulto a veintiséis mujeres del tribunal militar y una sola de la jurisdicción ordinaria. A casi todas se les favoreció al límite del cumplimiento de su sanción. A nadie faltándole cinco, ocho o diez años, sino a los meses de su libertad condicional, e incluso ya presentadas al tribunal. Muchas de ellas fueron trabajadoras civiles de la FAR o del MININT, o pertenecieron al complejo de tiendas TRD”, asegura.
Según detalló a Cubanet, en el Guatao no hubo indultos para personas mayores a los 60 años.
“Se violaron muchas de las normas que habían establecido con la resolución de no favorecer a reincidentes y multireincidentes”.
Expresó que dos mujeres que han reincidido en el crimen fueron nuevamente indultadas.
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“Me cuentan que se le dio indulto a Yanet Colombia y a Fósforo. La primera yo la conocí cuando fue beneficiada en el 2015, la segunda es multireincidente, que además de que evadió la prisión por más de 6 meses, después le fue concedida la libertad ahora es beneficiada”.
En el caso de Fósforo, sus penas son relacionadas con la prostitución, actos contrarios al desarrollo normal del menor “que es cuando una abandona a sus hijos”; sin embargo, “solo se benefició a una embarazada”, y recuerda Mayi, como la conocen todos, que “la vez anterior a muchas de ellas se le dio licencia extrapenal y se fueron con sus hijos porque en el hospital y en el hogar las condiciones no eran las mejores”.
Para la abogada, otras de las reclusas que debieron ser tomadas en cuenta para el indulto, debían ser las enfermas, “pero no lo hicieron”.
“Conozco casos de mujeres que enfermaron en prisión, como Mayra, la subdirectora económica de las farmacias de Diez de Octubre sancionada a 14 años por un delito de malversación, que es obesa, diabética, hipertensa y además tiene el Parkinson. Está también Mayra Alonso, que tiene más de 60 años, está muy enferma y no puede salir ni a trabajar, pero prefieren seguir cargando con ellas, comprarles medicina, en vez de facilitarles la libertad”.
La abogada recordó otro casi crítico, el de la señora Salvadora, quien tiene mal de Parkinson y anda con un bastón por todo el recinto carcelario.
“Ella estuvo de licencia extrapenal, se le venció, le dijeron que tenía que entrar para poder hacerle todos sus papeles, al final, yo salí, y ella todavía está allí”.
Recordó que hay reclusas que hicieron todos los trámites para ser indultadas, ya que cumplen con todos los requisitos, pero no fueron tomadas en cuenta.
“Marlen Mata García, que entró en septiembre de 2012, dos meses después que yo, con una sanción de 10 años, cumple 7 tras las rejas el próximo 23 de septiembre y no ha recibido ningún beneficio; o las tres GilberMan, María Josefa García Martín, Sailet Cruz Valdez y Yurima, con conducta excepcional, a las que se les imputó un delito que hasta hoy, en materia legal no se les probó, y ahí están, no salen”.
Redacción Cubanos por el Mundo
