La crisis migratoria de cubanos crece mientras que Estados Unidos intensifica sus controles migratorias que dificultan la obtención de beneficios para ingresar al país.
Un reportaje de la agencia AP, revela como miles de antillanos, que tienen sus planes en Estados Unidos, esperan ansiosos del lado mexicano, algunos en cárceles migratorias, otros escondidos para evitar ser deportados a Cuba.
Mary Sardinas, es una cubana que vive en Miami. Desde septiembre de 2017 espera a su hijo, quien vendió su casa en La Habana para poder viajar a Estados Unidos, pero todo se complicó cuando los trámites para viajar se complicaron con el cierre de la embajada estadounidense en La Habana.
Maira Gómez, una refugiada política, espera a uno de sus hijos, pues está sola en Estados Unidos, es diabética, hipertensa y apenas puede caminar.
Pero ahora, estas mujeres están en suspenso, ya que con la llegada de Donald Trump al poder, migrar no se ha convertido en una tarea fácil.
“Llevamos dos años esperando. ¿Por qué no podemos vivir en familia?”, expresó Sardinas, de 60 años. “¿Qué tendrá que hacer (mi hijo)? ¿Lanzarse (al mar) y exponer su vida?”, dijo.
La mujer llegó a Florida en 2015. Su hijo, Jorge Carrera, había aprobado la entrevista final y esperaba retirar su pasaporte con permiso de viaje de la embajada, pero ahora todo quedó en la nada.
El programa Cuban Family Reunification Parole (CFRP) sigue vigente, pero no hay personal en la embajada que procese las soliticas en la Isla, y las autoridades estadoundienses no anunciaron un nuevo destino para procesar el documentos.
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Otros trámites fueron trasladados a países como Colombia y Guyana.
Tampoco queda claro cuándo podrían regresar los diplomáticos. Los incidentes “sónicos” aún están siendo investigados y aunque hasta ahora no se han revelado las causas o los responsables, Estados Unidos los ha descrito como “ataques”.
Además, las duras políticas de Trump contra el gobierno cubano y la inmigración en general no dejan en claro si su gestión volvería a dar luz verde a esos programas.
Refugio, otra opción para los cubanos
Si bien el refugio político también está suspendido, y las visas de turismo cayeron de 16 mil en 2017 a siete mil en 2018, el visado de cinco años con múltiples entradas para los cubanos fue fue reemplazado por una visa de hasta tres meses con una sola entrada, que debe ser solicitada en un tercer país.
Jorge Duany, director del Centro de Estudios Cubanos de la Universidad Internacional de la Florida, afirmó que todo parece ser un paquete de medidas por la Adminsitración Trump para “poner más presión”.
“El daño colateral es que son rehenes los cubanos que están tratando de emigrar y no pueden hacerlo como lo hacían en el pasado”.
Aunque los cambios podrían satisfacer a partidarios de Trump que piden políticas de inmigración más duras, algunos expertos consideran que conllevan un riesgo político.
La Florida, donde viven gran parte de los cubanos-estadounidenses, es crucial para ganar los comicios presidenciales de 2020.
Redacción Cubanos por el Mundo