El único restaurant Kentucky Fried Chicken (KFC) que sirve un exquisito y cotizado flan está en Florida y su historia, comenzó tras el ingenio de un cubano que dirigía la cocina, reseña Miami Herald
Es hoy Blanca Rosa Ortiz, la “flanadera” del KFC durante los últimos 32 años, quien aprendió de su mentor, Baldomero González, la receta del postre que enloquece a quienes visitan el restaurante de comida rápida.
González era chef en Cuba antes de escapar de la “revolución” de los barbudos.
A su arribo a Estados Unidos, conformó el grupo de inmigrantes cubanos dentro de las cocinas de la sede de KFC.
“Siempre sentí que era el secreto mejor guardado de Hialeah”, dijo Dan Yagoda, propietario de segunda generación de este restaurante.
“Nadie piensa que van a obtener un gran flan en un restaurante de Kentucky Fried Chicken”.
Este flan casero se vende desde hace 45 años en el el KFC en 811 W 49th St. Los comensales los descubrieron al oeste de Hialeah y su cremosidad los ha hecho volver incesantemente.

“La gente viene de Tampa, de Homestead, de todo Miami porque están fascinados con este flan”, dijo Ortiz, un inmigrante de Managua, Nicaragua, que aprendió a cocinar el flan aquí. “Dicen que nunca han tenido otro igual”.
Cuando el padre de Yogoda adquirió la franquicia, se les proponía animarse a “innovar” y por ello, el menú de este restaurant apostaba con platos como “camarones fritos, arroz con leche de una receta familiar así como pie de limón”.
Fue así como el chef González desde KFC, intentó un flan a baño de maría. Tomó el azúcar utilizado para la ensalada de col, la leche condensada para la tarta de lima y los huevos utilizados para la masa de pollo frito.
Y así un cubano, creó su obra maestra
“Tan pronto como lo comí, me di cuenta de que era algo especial”, dijo Yagoda. “Le dije a mi papá: ‘Realmente podríamos vender estas cosas’. Fue muy, muy bueno”.
Desde entonces, la receta ha pasado en este KFC como una tradición oral. Le enseñó a sus aprendices a hacerlo por tacto, agregando las cantidades necesarias al “ojo por ciento”.
Aunque quien hoy está convertida en la “flanera”, Blanca Ortiz, jamás conoció a González, aprendió a hacerla con sus sucesores y ha continuado con la tradición.
“Salió perfecto la primera vez. Tenía a mi maestro cuidando de mí”, dijo.
Redacción Cubanos por el Mundo