El migrante cubano Dennis Hernández, quien se encadenó y crucificó en Tapachula, México, como forma de protesta, ya está en Miami junto a su familia.
El isleño que acaparó los titulares de la prensa cubana y extranjera salió en libertad tras estar tres meses en una prisión de máxima seguridad en Boston.
Hernández formó parte durante 12 años del Frente Antitotalitario Unido (FANTU). El cubano estuvo preso después de ingresar a Estados Unidos por la frontera sur y entregarse a las autoridades en el puente internacional Piedras Negras, en Texas.
Travesía para llegar a EEUU
El antillano vivió una travesía de seis meses en la que enfrentó una huelga de hambre de 12 días y gastó entre 10 y 12 mil dólares. Ahora en Miami, apenas comienza su sueño americano.
Las imágenes de su protesta frente a la Estación Migratoria Siglo XXI, en Tapachula, recorrieron el mundo a través de las redes sociales.
El cubano llegó al extremo de encadenarse a una cruz de madera, y pasar 12 días sin ingerir alimentos en reclamo de un salvoconducto a las autoridades mexicanas para continuar su ruta hacia la frontera con EEUU.
Difícil decisión
El migrante cubano dijo a Radio Televisión Martí que su experiencia fue difícil desde el momento mismo en que tomó la decisión de salir de Cuba.
“Fue duro abandonar la isla. Fue duro dejar a mi mamá, porque sabía los problemas que iba a arrastrar después, pero era necesario que partiera porque era mi vida o mi libertad”.
Hernández llegó a Miami con un permiso de estadía temporal (parole). Asimismo manifestó su respeto a Guillermo Fariñas, líder de FANTU.
“Hombres como yo nacen todos los días, como él nace uno cada 100 años”.
LEE TAMBIÉN: Cadáver del cubano asesinado en México llega a su natal Holguín
Redacción Cubanos por el Mundo