Cuatro cubanos que se encuentran varados en Rusia se encuentran viviendo debajo de un puente, soportando bajas temperaturas y hambre, ya que carecen de papeles legales para poder trabajar en el país euroasiático.
Sin embargo, la idea de regresar a Cuba no está en sus planes, detalla Alex Otaola en su programa Hola! Ota-Ola
Los cubanos llegaron hace seis meses a Rusia, uno de los pocos países que permite ingresar sin visa.
Una vez en San Petersburgo, decidieron quedarse para enrumbar sus vidas.
Intentaron pedir asilo político en la embajada de Estados Unidos pero no la encontraron. Intentaron en otras sedes diplomáticas pero solo recibieron negativas.
Dos de ellos, Iván Aguillar y Yusdelma Larduet, intentaron cruzar la frontera hacia Finlandia, pero los rusos los atraparon y los encerraron durante un largo tiempo.
Al liberarlos, sus papeles no le fueron fueron devueltos.
El periodista Juan Juan Almeida, informó que la pareja de cubanos es oriunda de Matanzas y vendieron todo para “construirse el sueño de vivir en libertad”.
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“Cada ser humano en el mundo tiene un derecho y a nosotros no nos dieron ni la oportunidad de expresarnos”, contó Larduet.
La cubana afirmó que durante su detención en Rusia, no le dieron ni agua.
Periplo en Rusia
Pero una nueva preocupación se cierne sobre los cubanos. El invierno ruso es fuerte y no creen que su campamento situado debajo de unas escaleras aguante las bajas temperaturas.
En Rusia trabajaron sin documentación pero nunca les pagaron, se acercaron a la Unión Cívica Internacional en Rusia, “pero allí se les comunica que el país no ofrece asilo político a los cubanos” afirma Juan Juan Almeida.
Aguilar expresó sentirse “desesperado”, pero aún así volver a Cuba no está en sus planes.
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Yandri Castillo, otro de los cubanos del grupo, apoya la moción de su compatriota, alegando que prefiere morir “abajo de esta escalera, de frío y de hambre, pero a Cuba no regreso más”.
La opcion que tienen estos cuatro cubanos es de intentar llegar a España, y ahí solicitar refugio, pero el trayecto no es fácil para indocumentado.
Mientras tanto sobreviven de la misericordia ajena, comiendo lo que algunas personas pueden ofrecerle y contando los minutos para que comiencen a bajar drásticamente las temperaturas y que algún milagro los salve de su situación.
Redacción Cubanos por el Mundo
