Aún con el espectro del comunismo asechando en México, los cubanos se sienten más confiados en ese país que en su natal Cuba.
Una cubana que espera en Ciudad Juárez a ser llamada por las autoridades de Estados Unidos para procesar su asilo político, afirma que regresar a la Isla “sería el final de mi vida”.
La entrevista fue publicada en el medio The Atlantic, donde la antillana expresó que regresar a su país natal “no es una opción”.
“Sería mi caída, el final de mi vida”, dijo Dana.
Como esta cubana, hay miles de sus compatriotas que aguardan una respuesta positiva por parte de las autoridades estadounidenses para permitirles ingresar al territorio a través del asilo político.
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Cubanos detenidos en México y EEUU
La espera y el dolor de Dana es más grande aún debido a que su esposo se encuentra detenido en un centro de Luisiana, Estados Unidos, donde muy pocas veces puede hablar con él desde que fue regresada a México.
Ella estuvo detenida durante 44 días, pero tras los acuerdos alcanzados entre Donald Trump y Andrés Manuel López Obrador, fue regresada a Ciudad Juárez, donde se encuentran trabajando 10 dólares por día en el restaurante Little Havana.
La oriunda de Ciego de Ávila afirmó que México no está dentro de sus opciones, pero que si llegase el momento de elegir, está segura que a Cuba no regresaría.
“Me llamaron gusana”, expresó la cubana quien denunció ser víctima de acoso por parte de las autoridades del régimen castrista.
“Los oficiales la patearon en la cara y luego la encerraron en la cárcel”, apunta.
Ella y su esposo decidieron abandonar Cuba en marzo de este año para llegar a la frontera de México.
En su trayecto pasaron por Nicaragua, fueron asaltados por la policía de Guatemala y en el sur de México fue retenida en una estación migratoria por comprar documentos falsos de inmigración.
“La comida no era apta para perros, ni siquiera para ratas. Estuve allí ocho días, y si me hubiera quedado uno más, habría muerto o me habría vuelto loca”, agrega.
Expresó que entre tanta corrupción por parte de las autoridades centroamericanas, solo le quedó 20 dólares de lo que había reunido para su viaje.
“Cuando llegó a Juárez, la habían robado con tanta frecuencia que llevaba los restos de su efectivo, 20 dólares, envuelto en un condón metido en la entrepierna”.
Redacción Cubanos por el Mundo
