Testimonios de una misma realidad. Los boteros en Cuba, como se le conoce a los transportistas privados, se ven especialmente afectados por la escasez de combustible en la Isla, siendo este uno más de los calvarios que deben afrontar mientras el régimen les demanda “solidaridad”.
Un reportaje de Cubanet, recoge historias como las de Duniesky Rodríguez, quien recuerda que cuando se inició como taxista interprovincial, hubo más de tres boteros desaparecidos en la autopista nacional.
“No se supo más de ellos, ni de sus carros, ni sus huesos han encontrado hasta hoy”, narra el muchacho.
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“Cuando había buquenques en la terminal, tomábamos la precaución de dejarles por fotos, o bien anotados, el número de carné de identidad de las personas que montabas. Cuando llegabas a La Habana, sobre todo, tenías que llamar al tipo para dar el parte que estabas bien”.
Ser taxista privado en la Isla, es una tarea discriminada por el propio régimen cubano, que en reiteradas ocasiones ha lanzado su artillería calificándolos de “oportunistas”.
Incluso, llegó a responsabilizarlos de la escasez de combustible en Cuba, pese a que luego tuvo que admitir la crisis que se avecinaba, hoy convertida en un nuevo periodo especial.
¿Y quiénes pueden dedicarse a este oficio en Cuba?
“Los boteros son los médicos que se ganaron un carro, el ingeniero, el que trabajaba en la caña en los años ochenta y tiene un Lada. No somos una basura, somos los que pudimos obtener la cartica aquella famosa para comprarnos esto”.
Pero el tema del combustible es solo uno de tantos problemas que deben afrontar los boteros cubanos. Los accidentes de tránsito producto del mal estado de la vía son un dolor de cabeza frecuente, así como las dificultades para poder adquirir repuestos para sus vehículos y mantenerse a flote.
“Una vez, cuando regresaba de La Habana a Santa Clara, en el kilómetro 97, de madrugada, vi una sombra en el contén de la autopista. Era un hombre que había lanzado una manada de puerquitos casi recién nacidos para que yo tuviera que parar el carro”, comenta Duniesky.
Añade que “como me conocía todas las patrañas de la gente que acostumbraba a robar en la carretera, metí un corte rapidísimo y seguí por la otra senda. Por el retrovisor vi a unos cuantos tipos más. Si me hubiera parado, ahí mismo me asaltaban”.
El deterioro de las carreteras, la falta de iluminación y señalética, son razones que influyen en el incremento del vandalismo, en especial en plena madrugada.
“Los que hacían eso, conocían cada hueco, cada bache, sin contar que, cada vez que uno hacía un viaje largo, tenías que ponerle algo nuevo al carro, porque siempre algo se te estropeaba”.
El régimen cubano demanda solidaridad de transportistas privados para aliviarle la carga pública, en relación al traslado de los cubanos. Flotas nacionales han disminuido vertiginosamente sus salidas y las filas de cubanos a la espera de transporte se incrementan.
Redacción Cubanos por el Mundo
