Una migrante hondureña y su bebé de dos años fallecieron ahogados cuando intentaron cruzar el Río Bravo que divide a México con Estados Unidos.
Según informa Actualidad RT, la mujer estaba desesperada por reunirse con su familia, por lo que decidió arriesgarse en el traicionero afluente.
El deceso fue confirmado por el Consulado de Honduras de McAllen, Texas.
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) señaló que ambos murieron en la mañana del 11 de septiembre.
La migrante quedó identificada como Idalia Herrera de 27 años, quien estuvo dos meses en un campamento de Matamoros, Tamaulipas, esperando junto a su hijo Iker Córdoba.
El esposo de la occisa, informó que había huido de Honduras porque allá “no se puede vivir” ya que reina “la delincuencia y la pobreza”.
Se conoció que Idalia tenía cita para la corte de inmigración en noviembre, pero ya no podía seguir esperando.
Explicó al esposo que estaba presentando fiebre y no estaba del todo bien.
El hombre había logrado cruzar junto a sus otras dos hijas de 7 y 5 años de edad, pero ella y el bebé fueron deportados a México.
De acuerdo con algunas compañeras migrantes que conocieron a la mujer hondureña en el albergue de Matamoros, la desesperación por reunirse con su esposo y otros dos de sus hijos que vivían en EE.UU., la hizo tomar la decisión de intentar cruzar el río.
“Nosotros le dijimos varias veces que no lo intentara, porque si volvía a caer, siempre la iban a retornar para acá, pero ella dijo que no, que por sus hijas lo iba a volver a hacer”, dijo Elsa Marilí Portillo.
La migrante y el pequeño Iker fueron arrastrados por la corriente sin que nadie pudiese rescatarlos.
Río de muerte
Desde octubre de 2018, 35 muertes de migrantes se han registrado en dicho afluente fronterizo.
Uno de los casos más sonados es el del salvadoreño Óscar Alberto Martínez Ramírez, de 25 años, quien murió junto a su bebé en junio de 2019.
La fotografía de ambos cadáveres provocó una enorme conmoción.
Redacción Cubanos por el Mundo