Yuniesky Alonso, es un cubano que intentó rescatar a su familia en Cuba, pero en el proceso fue capturado por las autoridades castristas y sentenciado bajo cargos “injustos” según comenta su esposa.
Una carta hecha por Yudelis Rodríguez, relata la travesía del antillano, que por amor a su familia hizo todo lo que pudo para mantenerla unida, pero la burocracia comunista causó estragos, señala Diario de Cuba.
El cubano lleva 14 años de “injusta prisión” por el delito de “tráfico de personas”, algo que no pudo ser comprobado en los tribunales cubanos, pero igual fue imputado.
Esto fue porque intentó sacar a su familia en un bote, partiendo desde Florida hasta la Isla comunista.
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La historia
En 2005, Yuliesky y Yuledis contrajeron matrimonio. Al no tener las opciones de superación que deseaban en Cuba, él decidió emigrar a Estados Unidos para acogerse a la Ley de Ajuste Cubano.
Pero ambos estaban de acuerdo en que no podían esperar los 2 años que estipula la ley, entonces fue cuando el cubano planeó un intrépido rescate en lancha.
“El plan era reunirnos lo antes posible. Pero la realidad era que pasarían más de dos años para volvernos a ver”, narró Rodríguez.
El 12 de enero de 2006, el cubano parte de Florida y llegó a Cuba el 13 de enero debido a la rotura del motor.
Mientras esperaba a su amada, los guardafronteras cubanos lo avistaron y fue entonces cuando decidió escapar adentrándose en el país del cual huyó.
Las autoridades lo capturaron el 28 de enero de 2006.
“Nosotros nunca nos vimos. Él no montó a nadie en la embarcación. El único delito que cometió fue la entrada ilegal a Cuba. Sin embargo, por razones políticas, fue acusado de tráfico ilegal de personas y condenado a 16 años de privación de libertad”, explicó Rodríguez.
La burocracia comunista
El régimen le imputó de inmediato el delito de tráfico de personas, mismo que fue apelado en varios tribunales pero el resultado era el mismo.
“Alegamos que el tráfico de personas es un delito que involucra dinero de por medio y que, como mínimo, uno debe ser visto con las personas traficadas”. Como respuesta siempre recibieron negativas.
La fuga para estar con su familia
Tras cinco años en prisión, fue enviado a un campo de trabajo de donde logró fugarse para rearmar su plan de escape y regresar a Estados Unidos.
“Luego vino el nacimiento de nuestra hija, que nos dio felicidad en tiempos tan difíciles. Cuando ella cumplió dos años, mi esposo fue transferido, con cinco años de condena cumplidos, a una granja fuera de la prisión”, continuó Rodríguez.
Durante dos meses logró evadir a las autoridades comunistas escondiéndose en los bosques que rodea a la Bahía de Cochinos.
Ahí armó un bote y estaba listo para huir, pero fue capturado nuevamente y sentenciado a 15 años más de prisión, en total ahora debía cumplir 20.
Hoy, ocho años después de aquel episodio “consideramos que es un tiempo más que suficiente para pagar por el delito de evasión, que sí creemos mi esposo debe pagar”, reconoció la mujer, y añadió que, según la ley cubana, ese delito se pena de uno a tres años, pues “no escapó de prisión si no de una granja abierta”.
Aunque salga de prisión, la familia de Yuniesky ahora deberá lidiar con los antecedentes de tráfico de personas, un delito que no es aceptado en ningún país del mundo.
Desesperada por la falta de claridad en el sistema judicial cubano, la mujer acude a los medios de comunicación independientes para revelar lo que sucede.
“Hemos sido engañados, traicionados, mal juzgados, maltratados, y el miedo más grande es que estas cosas no acaben; que tras sufrir tantos años, no se nos permita rehacer la vida”.
Redacción Cubanos por el Mundo
