Tras la muerte de la niña Paloma Domínguez por presuntas vacunas defectuosas, el régimen de Cuba intenta desesperadamente alejarse de la culpa.
Según detalla El Nuevo Herald, la empresa Serum Institute of India Ltd, quien fabricó y distribuyó la vacuna contra la papera, la rubéola y el sarampión que se le suministró a la menor, también estuvo involucrada en la muerte de otros tres niños en 2002 en Cuba.
El doctor Roberto Álvarez Fumero, director nacional del Programa Materno Infantil, indicó al rotativo miamense que se está investigando lo ocurrido, pero no podía dar más detalles al respecto.
Horas antes, el galeno se había comunicado con los padres de Paloma, para informarle que era casi imposible que la vacuna haya sido la causa de la muerte, ya que se había administrado en otros infantes y no había ocurrido nada.
Sin embargo, el Ministerio de Salud de Cuba informó el fin de semana, que otros tres niños habían sufrido afectaciones por la vacuna, una está en cuidados intensivos y los otros se están recuperando.
“PRS se ha usado durante años en Cuba, se importa desde la India, está avalada por la Organización Mundial de la Salud y certificada por el Centro para el Control Estatal de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos (CECMED)”.
Un estudio llevado a cabo por médicos y funcionarios cubanos, resalta que las muertes de los niños en 2002 fueron provocadas por diluyentes no estériles, sin embargo, la empresa India indica que las vacunas ya vienen con el diluyente requierido.
DE SU INTERÉS: Abel Prieto se lanza contra Otaola por denunciar caso de niña fallecida en Cuba (+Video)
Mal manejo de las vacunas
Un médico cubano entrevistado por el Nuevo Herald, indicó que en Cuba no se cumplen los estándares de almacenamiento de vacunas.
El CEDMEC indica que la vacuna PRS debe ser mantenida a una temperatura de entre dos a ocho grados Celsius, pero eso en Cuba no se da de manera “eficiente”.
“Este proceso siempre ha tenido problemas a nivel nacional. En la mayoría de los policlínicos no se cuenta con los equipos especializados para guardar las vacunas, así que se guardan en refrigeradores domésticos. Tampoco hay los termómetros especializados que van dentro de los equipos de refrigeración para las vacunas que permiten saber si la temperatura ha superado los 8 grados celsius. Así que mantener las vacunas en una temperatura óptima es una utopía”, dijo.
El caso de la niña
Paloma Domínguez Caballero falleció el pasado miércoles, 48 horas después de recibir la vacuna PRS.
A la madre, Yaíma Caballero, le dijeron que la niña había tenido una reacción “muy fuerte y agresiva” a la vacuna, pero no le dieron más detalles de lo que pasó, ahora está en espera del acta de defunción de la menor, que según le dijeron los funcionarios de salud pública debe estar lista para el jueves o viernes de esta semana.
Redacción Cubanos por el Mundo
