Una turista canadiense identificada como Suzanne L’Esperance, falleció en Cuba durante un viaje que prometía ser de relajación y disfrute.
La mujer viajó a la Isla junto a su esposo, Jean-Maurice Mailhot, pero tuvo una complicación de salud y acudió a un hospital cubano donde todo empeoró.
Según informa Le Journal de Montréal, la turista canadiense estaba preocupada por el pésimo estado de centro hospitalario por lo que pidió a sus hijos ayuda para retornar a Canadá.
“Quiero irme a casa” le dijo la mujer a sus hijos el 18 de noviembre.
Los hijos de Suzanne iniciaron los trámites necesarios para traer a su madre de vuelta, pero se toparon con la burocracia comunista.
Josée y Tommy Desormeaux, hijos de la occisa, explicaron que intentaron todo para enviar el dinero.
El hospital pidió más de 13 mil dólares para permitir que su madre pudiera marcharse.
“El seguro se ofreció a pagar. Intentamos encontrar un camino a través de las tarjetas de crédito. Queríamos llamar allí para dar un número de tarjeta de crédito. No había nada que hacer”, aseguró Josée.
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Denunció que la cantidad de dinero que pedía el hospital cubano “cambiaba constantemente” y le exigía el pago fuese en efectivo, algo que consideraron “absurdo”.
“Mi madre salió y dijo que eso no podía ser así”, agregó.
Al salir del hospital para supuestamente buscar el dinero, la turistas canadiense cayó muerta víctima de un infarto debido al estrés.
“Murió como un perro en la calle, teníamos el dinero”, denunció Josée.”No puedo imaginar que permitamos que la gente muera por una suma de dinero”, lamentó.
Ahora la familia de Suzanne L’Esperance centra sus esfuerzos en repatriar el cuerpo a Canadá y aclarar qué sucedió.
Redacción Cubanos por el Mundo
