Como Yons Corrales Contreras de 35 años fue identificado el cubano que fue asesinado el pasado 2 de diciembre en Motevideo, Uruguay.
Las autoridades, que guardaron tanto el nombre del homicida como del antillano, informaron recientemente que el presunto asesino ya se encuentra tras las rejas a la espera de un proceso judicial.
Pero el trasfondo emocional y social que deja la muerte de este cubano es inmenso, detalla CubaNet.
Yons Corrales era padre de dos hijos, uno de 11 años y otros de apenas 1 año. A su bebé lo conoció por videollamada, ya que al partir de Cuba a mediados de 2018, dejó a su esposa con cuatro meses de embarazo.
La idea era llegar a Estados Unidos pero el dinero que le prestaron no alcanzó para finalizar el viaje, por lo que tuvo que virar a Uruguay.
Ahí se estableció en la Pensión Lema, junto a otros cubanos. Trabajaba en la capital de Uruguay como repartidor de comida y era muy querido por sus compatriotas.
Victoria Suárez, una cubana que trabaja en una empresa de limpieza, afirmó que aún no saben lo que ocurrió exactamente aquella fatídica noche del 2 de diciembre, detalla CubaNet.
“No tenemos ni idea de qué es lo que pasó, no tenía problemas con nadie. Todo el mundo lo quería, muy compartidor, siempre alegre, siempre ahí para todo el que lo necesitaba“.
Pero no solo en Uruguay lloran al cubano. Su familia en Cuba está destrozada. Sus padres, Adelaida y Pedro, tuvieron que despedir a sus tres hijos, ya que uno se fue para España y los otros buscaron su camino en vista de la mala situación que azota a la Isla desde hace décadas.
“Hace un año habían vivido algo parecido, cuando el primero de sus hijos en busca de asilo emprendió el camino hacia España. Pero ahora eran dos a la vez: los hijos que se veían obligados a dejar Cuba. Ese día, ella pensó que ya sus tres hijos vivirían lejos de quienes más amaban. Y lloró. Le quedaban en la Isla sus nietos”, detalla el portal de noticias.
El plan de Corrales siempre fue llegar a Estados Unidos, pero con lo difícil que se había hecho pedir asilo político prefirió legalizarse en Uruguay.
“Pasaron siete meses en Uruguay. Hasta que en la madrugada del domingo al lunes 2 de diciembre, lo asesinaron. En el Barrio Palermo de Montevideo, una de las zonas más peligrosas de la ciudad, donde viven en pensiones migrantes cubanos que son asaltados”.
Helmys Losada, amigo del occiso, guarda en su celular las fotos del féretro donde lo velaron.
Con dolor recuerda las conversaciones que sostuvo sobre diferentes tópicos ya que a ambos los unía el amor por la familia y el deseo de ayudarlas.
“Los migrantes cubanos que conocieron a Yons le organizaron un velorio de tres horas en una funeraria de la capital de Uruguay. De 10 de la noche a la una de la madrugada. Después de sus jornadas de trabajo. Intentaban devolverle la dignidad arrebatada por un tiro. Todos atrasaron sus sueños y desembolsaron los 36 mil pesos uruguayos, unos 1 300 dólares, que costó honrarlo. Parecía dormido”.
Losada afirmó que la última vez que conversó con él fue horas antes del asesinato.
“Habló con todos los que salimos juntos de Cuba. Yo estuve con él por horas y me quedé dormido. Me desperté con la noticia”, recuerda Helmys. “Él estaba de lo más bien. Me decía que trabajaba todos los días, que no me preocupara, que no le mandara dinero, que sólo quería que reuniera y que cuando estuviera listo para salir a Estados Unidos, me avisaba”.
Salida de Uruguay
Mientras las investigaciones sobre el asesinato siguen su curso, la prioridad de la familia es ver cómo hacen llegar el cuerpo del cubano a la Isla para que sea despedido por sus familiares.
Pero el costo es alto.
“La funeraria quiere 13 mil dólares por trasladarlo a Cuba. Es injusto. Qué usted cree, que ese dinero, con mucho menos, él hubiera llegado hasta aquí (EE.UU). ¡Qué cosas tiene la vida!”, asegura su amigo.
Yons Corrales está ahora en una morgue de Montevideo, donde permanece “congelado” hasta que se puedan reunir los fondos para poder ser despedido por su familia en Cuba.
Una prima desde Texas, Estados Unidos, se encuentra recolectando fondos para lograr el traslado a Cuba pero no es tarea fácil.
“El tiempo apremia y la desesperación nos embarga para que descanse Yons finalmente en paz”, dice la joven.
Redacción Cubanos por el Mundo
