Manuel Alejandro Marrero Medina, hijo del nuevo Primer Ministro de Cuba, se da una vida de lujos y placeres, algo que un cubano de a pie no puede por la falta de oportunidades económicas en Cuba.
El joven, postea fotografías disfrutando de hoteles de lujos, comidas, embarcaciones ostentosas y por supuesto, uno de los aviones privados que posee el régimen de La Habana.
En unas fotos aparece el joven acompañado de una chica junto al Dassault Falcon 50, un jet privado propiedad del castrismo cuyo precio ronda los 4 millones de dólares.
Sin embargo luego del “escándalo” en varios medios independientes por su lujoso estilo de vida, el joven decidió colocar como “privada” su cuenta en la red social, además de borrar las fotos donde sale en el lujoso avión.
Estas imágenes generaron gran rechazo, pues se evidencia una vez más, el descaro de los altos dirigentes del castrismo, quienes le piden al pueblo “sacrifio” para enfrentar la crisis que ellos han generado, mientras sus familias gozan y disfrutan de las riquezas del país.
La nave con que se fotografió el hijo del Primer Ministro, es una de las tres que el fallecido dictador Hugo Chávez le regaló a Fidel Castro en el año 2000.
En esas naves también se desplazan dirigentes como Miguel Díaz-Canel, Raúl Castro y otros altos comunistas.
Manuel Marrero, Primer Ministro de Cuba
El hasta ahora ministro de Turismo de Cuba, Manuel Marrero, fue nombrado como Primer Ministro, cargo que se eliminó en 1976 y se recuperó con la nueva Constitución.
Mediante una “elección” en la Asamblea Nacional, los parlamentarios “votaron” por Marrero, quien era el único propuesto por Miguel Díaz-Canel para el cargo.
En esta misma sesión serán nombrados un viceprimer ministro y Díaz-Canel dará a conocer la composición del nuevo gabinete gubernamental, en el que no se esperan cambios sustanciales.
Marrero como Primer Ministro representará a Cuba, atenderá y controlará el desempeño de los organismos de la administración central del Estado, de las entidades nacionales y las administraciones local, detalla La Vanguardia.
Redacción Cubanos por el Mundo
