La escasez de alimentos en Santiago de Cuba, aunada a la falta de combustible, obligó a la dictadura a producir alimentos de manera artesanal en su intento por abastecer los mercados locales.
El primer secretario del Partido Comunista en Santiago, informó que la producción de alimentos se restableció gracias a una idea “pensada para tiempos de guerra o desastres naturales”, detalla Juventud Rebelde.
Todo inició en la Fábrica de Barquillos de Helados y ahora se extendió a 11 polígonos de producción de alimentos en dicha provincia.
Los trabajadores de estos locales hacen la mayor parte del proceso de manera artesanal para un uso mínimo de electricidad y “cero combustible diésel”.
Entre los productos que se elaboran de manera artesanal, están las galletas de sal, caramelos, mayonesa casera, queques y panqueques, casabe y frituras de yuca, turrones de maní y coco, pru, vinagre, entre otras cosas.
La galleta de arroz se hace en la única máquina de su tipo en Cuba, que fue dotada por el fallecido dictador cubano Fidel Castro.
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Además los santiagueros tuvieron que “inventarse” hornos criollos y mayonesa de plátano como alternativa.
El desabastecimiento de alimentos en Cuba desde finales de 2018 obligó a la aplicación de esta medida de volver a “las recetas de las abuelas”, como las califica Juventud Rebelde.
Además, la falta de combustible es otro de los factores que impiden un correcto desarrollo del sector productivo del país, encareciendo los costos.
Miguel Díaz-Canel calificó dicha situación de “coyuntural” y prometió que en un mes estaría resuelta, pero en pleno inicio de 2020 largas filas para surtir de combustible aún permanecen en las estaciones de servicio.
Redacción Cubanos por el Mundo