Desde que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) pactaron la firma de paz en 2016, el Ejército de Liberación Nacional (ELN), pasó a ser la primera guerrilla de Colombia y desde entonces este último grupo se ha expandido entre su país natal y Venezuela.
Según Europa Press el ELN provoca un “factor de desestabilización” en ambas fronteras. La Fundación de Ideas para la Paz (FIP) en un informe reciente indican que “hasta 2012, los análisis apuntaban a que se encontraba debilitado, sin posibilidad de incidir en las dinámicas de la confrontación”, pero se cuestionan “¿Qué hacer con el ELN?: Opciones antes una derrota militar lejana y un diálogo improbable”.
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La Fundación da como principales motivos de este “debilitamiento”, el que se han incrementado la capacidad de combate de las Fuerzas Armadas, por un lado, y la “fuerte ofensiva” de los grupos paramilitares.
Así, “mientras que en el año 2000 se estimaba que el ELN tenía cerca de cuatro mil 500 miembros, la cifra cayó a menos de la mitad en una década”.
La descomposición del ELN llegó hasta tal punto que en 2006 “concluyó que la derrota del enemigo no era viable”, y, en efecto, “se definió como un proyecto de resistencia armada bajo el cual cada día que un combatiente o dirigente se levantara con vida era ya un ganador”.
Para este grupo de rebeldes, Venezuela ha jugado un papel fundamental en el crecimiento del ELN, afirma la FIP. Este país siempre ha representado para las guerillas “una de sus principales zonas de retaguardia”.
Venezuela como territorio clave
El Gobierno colombiano estima que en torno a un 40% de los guerrilleros del ELN está en Venezuela, incluidos destacados miembros, y, de acuerdo con los “think tank” International Crisis Group e Insight Crime, está presenta en 12 de los 24 estados venezolanos participando en las “economías ilegales”, con actividades de “adoctrinamiento y reclutamiento”.
Redacción Cubanos Por el Mundo
