Se habla de auditorios, plazas y escuelas. Hospitales ya sienten el bullicio por la llegada del coronavirus ¿Qué pasa en los centros de detención donde cientos de migrantes cubanos y de distintas nacionalidades aguardan?
Un reportaje de Mother Jones lo explica. En condición de anonimato, habló una doctora que forma parte de esos migrantes cubanos esperando respuesta desde hace más de ocho meses sobre su proceso de asilo.
Teme sobre lo que podría pasar si el coronavirus entra en las instalaciones carcelarias.
Explica que durante las últimas tres semanas, ella y casi 50 mujeres han sido puestas en cuarentena por episodios frecuentes de gripe, mientras están recluidas en un centro de GEO Group en Basile, Louisiana.
El pasado miércoles, en horas de la noche, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas aseguró que minimizaría los arrestos ante la pandemia. No obstante, no habló sobre quienes ya permanecen encarcelados.
Un funcionario de la agencia dijo, según el citado medio que “no ha habido ningún anuncio relacionado con la liberación de personas que están detenidas actualmente”.
Y los números son importantes. Hasta el sábado, 37.311 personas permanecían bajo custodia de ICE y más del setenta por ciento del total no cuenta con condena penal.
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El profesor de la división de enfermedades infecciosas de la Facultad de Medicina de la Universidad de Colorado, explicó cómo podría el coronavirus afectar a los migrantes detenidos.
“Para un centro de detención de inmigrantes que tiene 1500 detenidos, podemos estimar que 500-650 pueden adquirir la infección. De estos, de 100 a 150 individuos pueden desarrollar una enfermedad grave que posiblemente requiera ingreso a una unidad de cuidados intensivos. De estos, 10-15 individuos pueden morir por insuficiencia respiratoria”.
Las estadísticas han demostrado que ahora los migrantes detenidos por ICE pasan mucho más tiempo que antes.
Quienes no tienen antecedentes penales y han sido detenidas en la frontera, pueden pasar al menos dos meses.
Pero en el caso de la doctora cubana que conversó con el medio, desde hace ocho meses espera respuesta sobre su caso de asilo, que se ha complicado por carecer de familia inmediata en Estados Unidos.
Y ahora permanece en una cárcel donde la higiene básica es compleja sin acceso a desinfectantes, antibacterial ni toallitas para esterilizar.
Por una semana les proporcionan 12 onzas de jabón y 4 onzas la siguiente, insuficiente para la más importante indicación: lavarse frecuentemente las manos.
Elio Almaguer-Guerra, esposo de una de las mujeres en cuarentena en Basil, Katherine Ramírez, está dispuesto a hacer una protesta hasta en la Casa Blanca de ser necesario.
Salió de Cuba el año pasado junto a su esposa y luego de seis meses esperando, fue separado de ella. A él lo enviaron a Nuevo México, a ella a Luisana.
Él recibió la libertad condicional para vivir con el primo de su esposa en Miami pero a ella se lo negaron. De ser necesario, incluso contempla hacer una huelga de hambre en su nombre.
Redacción Cubanos por el Mundo
