Mientras el mundo agoniza ante el brote acelerado del covid-19 y los profesionales de la salud hacen milagros para contrarrestar la pandemia, las empresas se lucran con el coronavirus; Mascarillas de 50 centavos, fueron vendidas hasta en 7 euros.
Conseguir mascarillas es una tarea difícil desde el inicio de la crisis del coronavirus. Los consumidores lo tienen difícil, por no decir imposible, para conseguirlas en las farmacias. Llevan muchas semanas agotadas.
Lo mismos les pasa a los trabajadores que las necesitan por estar de cara al público, y el personal sanitario de muchos hospitales se ve obligado a trabajar, en ocasiones, desprotegido por la falta de medios.
Según Miguel Ortegón, presidente de Hospitales Católicos de Madrid y gerente de un hospital en España, “sí se ha estado especulando con las mascarillas. En cuanto se conocieron los primeros casos de COVID-19, los precios se dispararon”.
“Mascarillas que costaban 40-50 céntimos, nos las han llegado a vender por 7 euros“, denunció Ortegón a la cadena SER.
Según los proveedores de hospitales, el precio del material subía porque los proveedores originales también lo vendían más caro.
Y ahora hay otro problema: con la intervención del Estado por la Alarma, los sanitarios no tienen acceso a ninguna fuente de suministro. “Los stocks que había se han rifado entre los clientes potenciales y estamos en una situación compleja.
Esta situación es según Miguel Ortegón, “muy compleja”, aunque parece que ahora mejorará, ya que se “abrirá la puerta a que los hospitales privados empiecen a recibir material”.
Con respecto al sobreprecio y el abuso por parte de las empresas vendedoras, refirió: “Esto es como si hubiese un incendio y el precio del agua se multiplicase por diez o por cincuenta”.
El presidente de esta cadena de hospitales asegura que hay personas que quieren lucrarse con esto, y lo hacen a través del mercado negro.
“Con el caos que hay en países como China, todo el mundo está haciendo llamadas ofreciendo cosas inviables: cómprame mascarillas en China y yo me encargo de la aduana”, comentó.
El colmo de la situación es que en ocasiones el material que llega a España no funciona o es inútil.
“Estas personas son especuladores, incluso estafadores”, indicó.
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Redacción Cubanos por el Mundo