Una mujer en Italia dio a luz el pasado 15 de marzo y confiesa que lo más duro para ella no es saber que ambas son convalescientes y están reportadas como positivas al coronavirus, sino que ella aún no ha podido abrazar a su bebé.
El instinto maternal en ella es tan fuerte que cree que un abrazo podría curar a ambas; a su menor del virus, y ella del sufrimiento.
Su nombre es Gloria, y así lo contó al diario Corriere della Sera.
Desde el hospital en que se encuentra, nos llega su testimonio conmovedor
“¿Sabes qué es lo que más me duele ahora? No haber podido sostener a mi bebé en mis brazos desde que nació. Eso me desgarra. El resto ya pasó. He estado bien por una semana. Fue duro y estaba asustada. Tanto para mí como para mi esposo y mi otra hija de un año. Pensé que también eran positivos y que el pequeño en la barriga también. Y luego me aterrorizaba dejarlos, convertirme en un taco en el conteo nocturno de lo que ahora parece un boletín de guerra. Nunca lo olvidaré”, dijo la mujer.
Gloria es la madre de Dogliani, el bebé que nació infectado de coronavirus en la provincia de Cuneo.
noticias relacionadas: Italia ya usa sangre de pacientes curados en tratamiento de enfermos con coronavirus
“Físicamente he estado bien durante casi siete días”, explica.
“Pero todavía no explico cómo sucedió. Al estar embarazada, fui a dos hospitales para ecografía y examen, el 4 y 6 de marzo. Estaba enferma el día 9 la primera vez, cuando toda mi familia tuvo los primeros síntomas. Afortunadamente, mi esposo y mi primer bebé de un año son asintomáticos, pero positivos, ahora negativos. Mi abuela y yo, sin embargo, todavía estamos hospitalizados.”
Para dar a luz al bebé, tuvieron que someterla a una cesárea.
“No habría superado un posible parto y con el bebé en mi estómago ni siquiera podrían haber intervenido con rayos X y varias terapias”.
«He perdido momentos importantes para siempre», se lamenta.
“Extrañé la primera parte de la vida de mi hija, esa parte de la impronta materna, la del olor del bebé, el primer baño, el muñón del cordón umbilical, extrañé sus primeras miradas, no la vi mientras estaba levantando la cabeza la primera vez. No podré olvidar este infierno. Me dará pesadillas toda mi vida”, expresó la mujer lastimosamente.
Gloria envía un mensaje directo a todos aquellos padres que en los últimos días querían absolutamente sacar a sus hijos de sus hogares y exponerlos al coronavirus.
«Quiero decirles a los que quieren salir que cada paseo puede costarles docenas de agujeros en las arterias y venas”, dijo.
“Recuerda que ere padre; que tus hijos no son inmunes. Digo esto porque quiero una pizca de bien para cada uno de ustedes, porque tal vez hice que sus hijos cantaran, o porque tal vez me escucharon cantar en esa maravillosa iglesia, ahora cerrada, que reabrirá quién sabe cuándo. Sálvate, tienes las armas, quédate en casa tanto como sea posible.”
