El COVID-19 ha afectado mucho más que la salud. La economía ha entrado en cuidados intensivos y el gobierno de EEUU podría no estar tomando las decisiones correctas.
Al menos así lo sugiere un artículo de The Atlantic, donde cuestionan el paquete de ayuda para desempleados, anunciado por Donald Trump y aprobado desde el Congreso.
La publicación, inicia tomando en consideración las estimaciones de al menos 10 millones de desempleados en EEUU, durante las últimas dos semanas, producto de la pandemia que afecta a buena parte del mundo.
Solo hasta el jueves por la mañana, el Departamento del Trabajo reportaba que un total de 6.6 millones de personas habían aplicado por beneficios de desempleo durante la pasada semana.
Y es preocupante para EEUU, considerando que representa el doble de las solicitudes que ingresaron la semana previa.
“Diez millones de estadounidenses que se han visto envueltos en programas de seguro de desempleo, con su compañía en pausa, su puesta en marcha arruinada o su negocio cerrado, y no hay un calendario claro para la reapertura”.
Según describe el articulista, EEUU se aproxima aceleradamente hacia un “desastre económico y humano” diferente a todo lo vivido en su historia.
“Durante la Gran Recesión de 2007–2009, la economía sufrió una pérdida neta de aproximadamente 9 millones de empleos. La recesión pandémica ha visto casi 10 millones de reclamos de desempleo en solo dos semanas”.
Y aún con lo abrumadoras de las cifras, considera que el desempleo podría no estarse tomando en serio.
“Nuestros datos económicos, como nuestros datos de salud pública, están envueltos en la incertidumbre: en muchos casos, simplemente no sabemos si nuestras estadísticas más nefastas miden la realidad o simplemente hemos maximizado nuestra capacidad de medir en primer lugar”.
Agrega que la situación por COVID-19 ha afectado a prácticamente todos los sectores de la economía y la pregunta más necesaria sería:
¿Y ahora qué puede hacerse?
“Trágicamente, Estados Unidos probablemente perdió su mejor oportunidad para evitar despidos masivos. Eso habría sido sacar una página del libro de jugadas de Dinamarca y pagar directamente a las empresas para cumplir con sus obligaciones de nómina y retener a sus empleados”.
Indica que con esta medida, varios objetivos podrían haberse cumplido. Al minimizar los despidos, los trabajadores continuarán dispuestos a levantar a las empresas una vez superada la crisis.
“Reducir el desempleo, habría evitado que los trabajadores tuvieran que asumir la responsabilidad de esperar horas en el teléfono o en línea para obtener beneficios por desempleo”.
No obstante, el gigantesco paquete de rescate económico de EEUU, alentaría de forma implícita – según el artículo – los despidos en el país, aumentando el gasto en los desempleados.
“El fortalecimiento de nuestros programas de beneficios de desempleo de esta manera era necesario para evitar que las familias murieran de hambre, dada la inevitabilidad de los despidos históricos. Pero si Estados Unidos hubiera reaccionado rápida y creativamente ante la perspectiva de una recesión histórica de parada repentina, este nivel de despidos no habría sido inevitable”.
Luego añade: “Podríamos haber pagado a los trabajadores un salario digno para permanecer con sus empresas. En cambio, las empresas están despidiendo a los trabajadores en masa, y de todos modos estamos luchando para pagarles un salario digno”.
Pero sí hay quien pueda evitar el colapso aún mayor. En el artículo, sugieren que el Congreso pudiese “detener la marea”.
“Esto puede ser a través de la construcción del paquete de rescate de emergencia. La nueva ley prevé más de $ 300 mil millones en préstamos para pequeñas y medianas empresas a través de la Administración de Pequeñas Empresas. Estos préstamos están diseñados para ser perdonados si las compañías que piden dinero prestado no despiden a sus trabajadores”.
No todo está perdido en EEUU
Considera que el mensaje debe ir orientado a que las empresas tienen el deber de sostener a su plantilla.
“El mensaje debería ser: usted tiene el deber patriótico y moral de retener a sus trabajadores durante esta crisis nacional, y el gobierno tiene el deber moral y patriótico de pagarle para que lo haga”.
Además sugiere que debería regresar a sesionar el Congreso, para duplicar las garantías de préstamos a más de $ 600 mil millones.
Esa decisión, equivaldría aproximadamente a 11 semanas de nómina para todas las empresas con menos de 500 empleados en los Estados Unidos.
“Si el Congreso no se mueve rápidamente, nos espera una historia más horrible. Hoy, estamos lidiando con una recesión a la velocidad de la luz. Pero después de dos meses de esto, la palabra recesión podría no ser suficiente”.
Redacción Cubanos por el Mundo
