A sus 53 años, sin enfermedad previa, Mauro jamás había visto la muerte tan cerca. No así, hasta infectarse de COVID-19.
Estuvo “al borde”, que para pacientes con coronavirus significa estar intubado para poder respirar y anestesiado, lo que lo deja suspendido en un limbo, en el que nadie sabía con certeza, si lograría superarlo.
Así describe el director de Neumología del Carlo Poma de Mantua, Giuseppe De Donno, lo que vivió Mauro, el primer paciente que en Mantua fue tratado con plasma convaleciente, una práctica ya ha sido utilizada en el pasado contra el Sars, Mers y el ébola.
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Solo siete días después de recibir el tratamiento con plasma, Mauro aseguró haber renacido. A sus médicos les dijo que no solo le devolvió la vida, sino también a sus hijos.
“Es un arco iris sobre nuestras vidas”, dijo Mauro quien lloró e hizo llorar a sus tratantes.
El doctor italiano asegura que tras recibir el visto bueno del Centro Nacional de Sangre el 3 de marzo y del Instituto Superior de Salud”, continuará avanzando en el tratamiento.
“No quiero triunfalismos, todavía estamos en su infancia. Hasta ahora hemos recogido el plasma de 27 donantes”, explicó.
Y quienes han superado la pandemia, sienten que donar su sangre, es “lo menos que pueden hacer”.
Al menos eso considera Angelo Sferrazza y Daniela Gambarana, una pareja de Lombardía, Italia, de los primeros en infectarse.
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“Ahora estamos mejor, lentamente volvemos a nuestra vida y nuestro el trabajo “.
Enfrentando al enemigo: COVID-19
El plasma del donante ha sido infundido hasta ahora “a 14 pacientes de COVID-19- explica Perotti -. Los primeros resultados son alentadores: cuando lleguemos a 43 pacientes tratados, publicaremos el estudio”.
Y de hecho, de la docena de pacientes tratados hasta ahora en Mantua, Italia, “además de Mauro, otros tres han sido dados de alta y muchos están en el mismo camino”, dice De Donno.
Otros cuatro pacientes de COVID-19 se encontraban en condiciones más críticas: tres muestran mejoras, el último es se ha estabilizado y ahora será sometido a una segunda infusión. Soy optimista”.
Redacción Cubanos por el Mundo