España es el país con la mayor cantidad de personal sanitario contagiado por COVID-19 en el mundo. Aun así; batas y mascarillas en mal estado son distribuidas en los hospitales de este país.
Las bolsas con el material de protección que reparten a las enfermeras del hospital Germans Trias i Pujol, en Badalona, España, no engañan a nadie.
“Kit visitante” pone en el papel. Es el mismo kit que a uno le dan cuando entra como visitante en un recinto sanitario o en un laboratorio, una protección destinada a que el visitante no contamine el lugar, no a que se proteja de potenciales agentes infecciosos.
Dentro de la bolsita, las enfermeras encuentran un gorro redondo de tela fina, una bata de plástico similar al de las bolsas de basura, dos cubrezapatos de polietileno y una mascarilla de papel.
El caso de este hospital de España no es una excepción, reseña el medio El Confidencial.
Estas bolsitas de visitante que las enfermeras califican de “ridículas” son cada vez más frecuentes entre los equipos sanitarios de los hospitales españoles.

Se trata de equipos de protección EPI-1, el nivel más bajo, tan sencillo que la normativa ni siquiera exige que estén homologados.
El mismo fabricante puede autocertificar el producto sin someterse a examen de tipo CE, ya que son equipos destinados a riesgos menores que no generen un daño a la salud del usuario.
¿Ninguna empresa española puede fabricar equipos en condiciones?, se pregunta el personal sanitario, que continúa desbordado en la atención de pacientes infectados por Covid-19.
Ha pasado casi un mes desde el estallido de la epidemia y el material de protección no termina de llegar nunca.
En las primeras semanas, los hospitales disponían al menos de suficientes equipos EPI-2 de protección media, con batas adecuadas y mascarillas FPP2 para evitar infecciones por vía respiratoria.
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Pero los EPI-2 se están acabando, se reponen a cuentagotas y no hay suficientes para todo el personal.
El resultado: enfermeras y auxiliares de enfermería que pasan jornadas enteras cuidando a enfermos de coronavirus con una mascarilla de papel en la boca y unas batas que, como ocurre con cualquier bolsa de basura barata, se rasgan por las costuras al mínimo movimiento brusco.
Redacción Cubanos por el Mundo