En la salud y en la enfermedad, hasta que la muerte los separe. La pandemia del coronavirus ha traído consigo miles de historias, de lucha, drama, dolor e incluso una historia de amor que ni el terrible virus podrá separar.
Antonio y Antonia son una pareja de ancianos 91 y 85 años, respectivamente, que se contagiaron de COVID-19 y tuvieron que ser ingresados en el hospital Mesa del Castillo de Murcia, España.
En este hospital, las habitaciones están separadas por géneros, sin embargo, Antonio y Antonia exigieron que se les ingresara en la misma habitación, por lo que el personal cedió.
La pareja se rehúsa a que el virus les haga sentirse distanciados, pues en su haber tienen 55 años de vida en común.
Han pedido juntar sus camas para poder darse la mano y cuidar el uno del otro y al mismo tiempo reconfortan a los sanitarios mientras hacen su trabajo.
El personal sanitario asegura que es conmovedor ver el amor entre Antonio y Antonia.
“Cada vez que entramos,él está todo el rato mirándola a ella, tocándole las manos y la verdad nos parece como lo más tierno que hemos visto (…) restar juntos para ellos, es super importante”
dijo la enfermera Noelia Romero.
Otra enfermera, indicó que, todo el amor que rodea a esta pareja y el afecto que aun logran brindarse y desmostrarse, puede ser incluso más efectivo que cualquier tratamiento médico.
“Cuidan el uno del otro y nos reconfortan mientras hacemos nuestro trabajo. Hoy nuestro aplauso va para ellos”,
escriben desde el Hospital Mesa del Castillo en redes.
Antonia y Antonio llevan casados más de cincuenta años, ambos tienen COVID-19. Nos pidieron que les juntáramos las camas para poder darse la mano. Cuidan el uno del otro y nos reconfortan mientras hacemos nuestro trabajo.
— Hospital Mesa del Castillo (@hospitalmesa) April 4, 2020
❤️Hoy nuestro aplauso va para ellos. 👏👏👏👏👏 pic.twitter.com/VmZ8oFqVK3
Amor y Coronavirus
El confinamiento al que se han tenido que someter muchos países, por el brote del coronavirus, ha aflorado algunas historias de amor, que pueden pasar de lo simple hasta lo extraordinario.
Una joven pareja utilizó a su perro como mensajero, para enviarse detalles, pues las medidas de aislamiento no les permitían salir de sus casas, y esa fue a solución que encontraron para estar conectados y no extrañarse.
Desde la cuarentena, algunos ha conseguido el amor a través de las redes sociales, e incluso algunas bodas se han auspiciado mediante la pantalla.
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