Mailen Llanos Ross, madre de Ragnar Francisco Mosqueda Llanos, uno de los menores reportados con coronavirus en Cuba, jamás pensó que su viaje desde Estados Unidos se transformaría en un periplo.
“Hacía tres años no veía a mi familia, ya había sacado el pasaje; y decidí arriesgarme”, cuenta Llanos Ross a los medios del régimen de Cuba.
Llegó a la Isla el pasado 19 de marzo, recuerda que era un domingo y que todo parecía “normal”.
Pero el 24 de marzo sus hijos tuvieron que ser ingresados a un centro hospitalario por presentar síntomas de COVID-19.
Su hijo de cuatro años y su niña de cinco meses, dieron positivo para coronavirus en Cuba por lo que fueron llevados al hospital militar Joaquín Castillo Duany, de Santiago de Cuba.
“Arribamos a Holguín procedente de Estados Unidos a las 12:40 pm y luego llegué a la casa como a las 3:00 pm. El niño me hizo una fiebre de 38 al amanecer lunes a las 4:00 am. Enseguida me lo sobaron, pensábamos que era una maleza de estómago lo que tenía porque no hizo más fiebre.
Luego tuvo un “pequeño” catarro, por lo que decidió llevarlo al consultorio.
“Pero el niño se ponía a jugar con agua y yo le sentía un catarrito y como está la situación, dije bueno voy a llevarlo al consultorio por miedo a que me le fuera a dar una bronquitis”.
El médico de guardia al ver los síntomas, decidió remitir al pequeño a un policlínico junto a su madre y fue entonces donde comenzó su viacrucis por coronavirus en Cuba.
“Cuando llegamos al consultorio a las 10:00 am nos remitieron para el policlínico y por la noche nos mandaron como a las 7:00 pm para Santiago de Cuba. Me mandaron a buscar a la niña también, pues los tres viajamos juntos”.
OTRAS NOTICIAS: Líder de UNPACU advierte una “tragedia nacional” por coronavirus en Cuba
Primero fueron ingresados como “casos sospechosos”. 48 horas después le hicieron la prueba y dieron positivo para COVID-19.
“Estaba con los dos en el hospital y a las 48 horas de estar ingresada como caso sospechoso nos hicieron pruebas. El varón dio positivo”.
Aislamiento por COVID-19
Todos en su casa de Bayamo fueron aislados, aunque dieron negativo para la enfermedad.
“En ese momento tuve que escoger entre uno de los dos, decidí irme con el que me necesitaba. Me fui para la sala con el niño. La niña se quedó en otra sala con una enfermera permanente”.
Recuerda que una vez subes a la sala de los “positivos”, no puedes volver a salir.
“El epidemiólogo que nos hizo el ingreso me informaba sobre ella. La jefa de la sala, yo no tengo forma de agradecerle a Graciela López. Ella me llamaba, me mandaba fotos de la bebé
Indicó que el pequeño se mantuvo asintomático todo el tiempo, solo demostraba fiebre cuando le colacaban el interferón.
“El niño se mantuvo viendo muñequitos todo el tiempo, fue la manera de mantenerlo tranquilito. Donde estaba era una sala de niños nada más, los acompañantes todos éramos negativos.
A ella y al menor le repitieron la prueba 14 días después y dieron negativo.
“Que alegría cuando me dijeron que mi bebé era negativo, ese día me dijeron los médicos ‘felicidades, ya están de alta’”. El domingo pasado (12 de abril) ya le habían dado el alta a la niña. La trajeron en un taxi con una enfermera para la casa de mi familia”.
A medida que se adentra en aquellos días de palpitaciones y angustia, se le entrecorta la voz; recobra la alegría cuando contempla ahora desde casa a sus dos pequeños a salvo.
Redacción Cubanos por el Mundo