La carreras emprendida entre los medicamentos hidroxicloroquina e interferón, parece ser el diferendo también entre Cuba y Estados Unidos en este tiempo de coronavirus, según un trabajo publicado por WLRN.
El presidente Donald Trump anunció que Estados Unidos acababa de “comprar una tremenda cantidad de hidroxicloroquina”; medicamento contra la malaria que según él, es el tratamiento más prometedor para el nuevo coronavirus.
Mientras tanto, en La Habana, Eduardo Martínez, jefe de BioCubaFarma, la industria farmacéutica y biotecnológica estatal comunista de Cuba, promociona con igual frecuencia el interferón alfa 2B (o alfa 2b); fármaco anti-dengue de la isla, que el gobierno insisten en que es una maravilla de droga contra el COVID-19.
WLRN destaca que el Dr. Dushyantha Jayaweera, un profesor de enfermedades infecciosas en la Facultad de Medicina Miller de la Universidad de Miami que ahora está trabajando en ensayos clínicos de coronavirus, no está comprando ni la afirmación conservadora ni la comunista.
“Hasta que los estudios demuestren que hay un beneficio claro, solo estás disparando en la oscuridad”.
Dr. Dushyantha Jayaweera
Lo que significa que, como la mayoría de los científicos, insiste en que ni la hidroxicloroquina ni la alfa 2B han demostrado ser clínicamente efectivas para tratar el coronavirus.
Entonces, ¿por qué tanta gente, incluidos los médicos, pero especialmente los políticos, cantan alabanzas a estas drogas?, cuestiona WLRN.
La razón es parte de la desesperación pandémica y parte de la Guerra Fría.
El mes pasado, Rio Giardinieri, un ejecutivo de equipo de restaurante de 52 años en Miami Shores, creía que se estaba muriendo de COVID-19 en el Joe DiMaggio Children’s Hospital en Hollywood.
Pero luego se enteró de la hidroxicloroquina. Un médico finalmente lo autorizó para él, y se recuperó, al igual que algunos otros pacientes con coronavirus en los EE.UU que lo tomaron.
Aún así, los investigadores aún no saben por qué esos pacientes se recuperaron o si la hidroxicloroquina fue el factor real.
De hecho, este mes, la organización de investigación francesa, ISAC, que originalmente había ofrecido una evaluación positiva del potencial de la hidroxicloroquina como tratamiento COVID, lo rechazaron.
Los científicos también advierten sobre los efectos secundarios cardiovasculares y otros efectos peligrosos de esta droga.
Por su parte, en América Latina, ese algo alentador contra el coronavirus tiende a ser el interferón alfa 2B de Cuba.
“Soy consciente de que no se han realizado todos los estudios clínicos completos”, dice el Dr. Walter Perdomo, alcalde de Villanueva, Honduras. “Pero tenemos que dar un paso adelante en esto”.
Al igual que muchos líderes locales en América Latina, Perdomo está esperando la entrega de alpha 2B.
China ha informado cierto éxito en el tratamiento de pacientes con COVID-19 con interferón alfa 2B.
Pero la China comunista está interesada en ese éxito y está ayudando a su aliado Cuba a desarrollar la droga.
Sin embargo, la mayoría de los científicos también cuestionan el alfa 2B como medicamento COVID.
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“No hay un solo ensayo clínico que muestre el beneficio del interferón [alfa 2b]”, dice el Dr. Alfonso Rodríguez Morales, un venezolano que es vicepresidente de la Asociación Colombiana de Enfermedades Infecciosas y un destacado epidemiólogo latinoamericano.
Rodríguez dice que el interferón alfa 2B puede mostrar algunos beneficios antivirales, como elevar el nivel de proteínas del sistema inmunitario que defienden contra los virus. Pero incluso si ese es el caso, dice, un medicamento en este momento no es la respuesta.
“Tenemos que centrarnos en la terapia combinada que incluye tres o cuatro o incluso más medicamentos. No hay una solución mágica”.
Dr. Alfonso Rodríguez Morales
Esa solución mágica no es solo un objetivo médico para muchas personas. También es político, y en este momento a menudo refleja la animosidad entre Estados Unidos y Cuba, puntualiza el medio WLRN.
Redacción Cubanos por el Mundo
