Tras pasar al menos 50 horas sin que se conociera su paradero, el activista cubano, Enix Berrio Sardá fue puesto en libertad y habló sobre las razones detrás de su detención.
Luego de estar recluído en Santiago de las Vegas, en el municipio de Boyeros, sin que sus familiares tuviesen conocimiento de dónde se encontraba, describió cómo fue superar cinco interrogatorios, además de un traslado de madrugada hacia la Estación Policial de Investigaciones, en la calle Acosta, en la Habana Vieja.
Según explicó Berrio, el accionar represivo en su contra responde a su activismo en contra del Decreto Ley 370, conocida también como ‘Ley Azote’, que regularía la participación de la sociedad cubana en los medios alternativos y/o digitales.
El activista cubano presentó el pasado miércoles ante la Asamblea Nacional de la Isla, una petición que busca declarar dos artículos de este Decreto Ley como inconstitucionales.
Fue puesto en libertad tras una advertencia de supuestas actividades “predelictivas”, en momentos donde está definida una alerta por la pandemia de COVID-19. Considera el activista cubano que la acusación en su contra busca suavizar el trasfondo político.
No obstante, en entrevista con Cubanet explica:
“No estaba haciendo cola para comprar comida. No estaba haciendo cola para una farmacia. Ellos consideran que presentar un recurso ante la Asamblea Nacional por la inconstitucionalidad del Decreto Ley 370 sobre la informatización de la sociedad, es algo que podía esperar tal vez al momento post COVID-19. Así que estaba en la calle haciendo cosas que no debía”, reseña el citado medio.
Conexión de Enix Berrio con Luis Manuel Otero Alcántara
Berrio, además, parece ser responsable de otro “delito”: ser el tío de Luis Manuel Otero Alcántara, otra pieza incómoda para el Estado cubano, quien desde su expresión artística pone de manifiesto su oposición al régimen de la Isla.
Enfatiza que no quieren que “suba el voltaje al 370” y en realidad, el interrogatorio que le hicieron en horas de la madrugada, iba dirigido a su sobrino.
“Me sugirieron que no recogiéramos la respuesta, si la hubiera, porque para ellos sería un dilema tanto que nos la dieran como que no nos la dieran. Me dijeron que el 370 no era mi área de trabajo como académico ni como economista, como tampoco de Luisito, que no complicáramos el tema”, explica.
Sin embargo, como economista, le cuestionan su activismo en defensa del sector privado, cuentapropistas, campesinos y entre otros.
“Me interrogaron a partir de mi condición de secretario ejecutivo y vocero de la Mesa de Unidad de Acción Democrática (MUAD). Me interrogó el mayor Alejandro, el represor de mujeres que también se especializa en nuestra organización porque no es primera vez que él y yo nos vemos por este tema”, añade Cubanet.
Pero básicamente la agresión en su contra deja en evidencia que así puede ocurrir con cualquier cubano, fue más una advertencia para alejarlo de la Asamblea Nacional.
“Te cogen, te la aplican, te chivan, no comes, no duermes. Es como si te dijeran: ‘ojalá te contagies con toda esa gente que estaba ahí hacinado junto a ti’, pero nadie puede decir que fue por cuestiones políticas’».
Redacción Cubanos por el Mundo
