Una mujer embarazada informó a través de su cuenta en Facebook que, al salir a una consulta médica en Las Tunas, recibió una multa por quitarse el nasobuco mientra atendía una llamada telefónica.
Mientras la cubana transitaba por las calles, se detuvo para tomar un poco de agua e inmediatamente repicó su teléfono y respondió, luego fue captada por las autoridades policiales, quienes le impusieron la multa, lo cual causó indignación entre los usuarios de las redes.
Según la policía, la sanción (al igual que muchas en los últimos días) se impuso en aras de detener la propagación de COVID-19, sin embargo, se hizo bajo algunas medidas arbitrarias, mediante exageraciones y abusos.
“Miren esto hoy salí al policlínico y estaba tomando agua y me llamaron y respondí la llamada, iban pasando dos inspectoras y me pusieron una multa”,
escribió la afectada en sus redes.
La embarazada, además expresó su necesidad de que haya un ente en donde se puedan exponer ese tipo de quejas: “Es una lástima que no tenga donde quejarme”.
“Me dijo que me pondría una multa de 100 pesos y después de decirle que tengo dos niños y estoy embarazada me puso una de 50 con un inciso que no tiene nada que ver (…) “Hay que ver las cosas de este país, ¿hasta dónde van a llegar?”,
publicó.
En los comentarios, algunos usuarios señalaron los abusos del régimen cubano al imponer este tipo de multas de forma irracional, sin embargo, otros la tacharon de irresponsable por el riesgo de contagio ante la pandemia en Cuba.
La represión policial va en aumento con esta nueva excusa para imponer sanciones y hasta detenciones, por los presuntos crímenes que llevan relación a la pandemia del coronavirus.
En las últimas semanas, se han conocido varias denuncias de personas a las que se les han puesto multas de manera irracional, a personas que se han bajado las mascarillas para ejecutar acciones como ingerir bebidas en la vía pública o hasta por circular en vehículos particulares mientras se dirigían a un centro de salud.
Cabe destacar que, según las autoridades cubanas, hasta el 1 de mayo, impusieron alrededor de 506 multas, por delitos tipificados durante la pandemia del coronavirus, entre ellos, quitarse el nasobuco en lugares públicos.
También se incluyen hechos delictivos identificados como “propagación de epidemia, desobediencia, resistencia, desacato y acaparamiento”, entre otros.
El dictador Miguel Díaz-Canel dio luz verde para que se cometieran este tipo de actos represivos, al ordenar el incremento de la vigilancia y castigo en torno a la situación epidemiológica en la Isla, la cual incluye no solo la detención y multa a personas que están en la calle fuera de horas permitidas o haciendo uso del nasobusco, sino también contra periodistas independientes y voces críticas al régimen, quienes quieren dejar en evidencia la verdadera situación de salud en el país y el alza de las colas por alimentos que no permiten mantener el aislamiento social.
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