Una vez más el periódico castrista Granma utiliza calificativos para arremeter contra los residente en la ciudad de Miami, en Florida, Estados Unidos.
En un artículo titulado “Desde Miami actúa la maquinaria de la infamia y el odio“, el diario adepto a la dictadura en Cuba, reseñó que quien ocupa la cancillería de la Isla, Bruno “El Parrillero” Rodríguez denunciaba el “ataque” a la embajada cubana en Washington el pasado 30 de abril, la administración del presidente norteamericano Donald Trump guardó silencio.
Para continuar con la retórica castrista, el periódico mencionó que, la “maquinaria” conformada por residentes en Miami, que a su juicio, es “gente que vive de atizar odios, avivar rencores y explotar las frustraciones de dos o tres desamparados morales, en busca de la fama y la gloria de los apóstatas”; está “engrasada” con el financiamiento del gobierno de Estados Unidos, para provocar un cambio de régimen en Cuba.
Para parecer un poco más intelectuales y citaron al filósofo francés Voltaire, para hacer analogías sobre el soborno y la corrupción.
“‘Quienes creen que el dinero lo hace todo, terminan haciendo todo por dinero’, dijo Voltaire. El dinero les domina el corazón y lo empoza de tal manera que son capaces de prestarse a la mascarada más infame”,
escribió Raúl Antonio Capote, quien firmó el artículo en Granma.
Por otra parte, dijeron que la actuación del grupo de residentes en Miami, siguió “un guion preestablecido”, por el cual apuntaron a la CIA por su elaboración, para infundir una supuesta “guerra sicológica”.
Lea también: Luego de tildar de “fraudulenta” a ETECSA, Julita Osendi “justifica” el robo de saldo
Como era de esperarse, Granma reincidió en arremeter con el discurso desgastado del “bloqueo” en contra de Cuba, que argumentan que causa las “carencias” del pueblo, para adjudicárselas a los “errores del socialismo y como pruebas del fracaso de la revolución”.
Además, señalaron que el ataque en contra de la casa diplomática cubana, fue producto de los materiales comunicacionales, hechos por “mercenarios de la información y sus lacayos”, a través de supuestos mensajes de odio que “incitan la violencia, y a la desobediencia civil”.
En su arremetida contra los residentes en Miami, Granma concluyó que dicho discursos comunicaciones en contra del régimen no disparan una ak-47, pero “cargan el arma de los terroristas” y recordó a los “guarimberos en La Habana”, que a su juicio, son “aplaudidos por la mafia que domina el escenario cultural miamense”.
