El último evento de este tipo se realizó en el 2017.
En Cuba algunos atletas del fisicoculturismo están esperando un reconocimiento oficial desde 2018, que les incentive a continuar practicando la disciplina, pues el evento competitivo nacional en Pinar del Río, fue cancelado, luego de la ardua preparación de más de seis meses.
Aproximadamente 40 deportistas de todo el país, quedaron con boletos y perdieron todo el tiempo de entrenamiento, luego de la suspensión del evento que pese a que la organización no contó con el apoyo de ninguna institución, hicieron las medallas y trofeos, además de conseguir las luces y el paisaje.
La única explicación que le dieron al comité decía: “Son indicaciones de lo alto”, desde el teatro, pues supuestamente no habrían acordado la ubicación con tiempo de antelación.
Con mucho pesar, Rolando Hernández Forcelledo, “Roly”, tuvo que comparecer ante los participantes para explicarles la situación y luego, por radio, a las personas que esperaban el Campeonato Nacional de Culturismo, el cual estaba cancelado, al menos en Pinar del Río.
“Los atletas estaban molestos, porque imagina que te dirían eso después de un año de preparación, después del entrenamiento. Lo anunciamos en la radio; el cine lo puso en sus pancartas, e incluso el Sábado Deportivo, de Radio Guamá, iba a hacer una transmisión en vivo desde el lugar”, dijo Roly.
Pero, no fue a gusto de las instalaciones culturales, pues previo a la cancelación de evento, hubo un primer contacto con el Instituto Nacional de Deporte, Educación Física y Recreación (Inder), desde donde partieron los obstáculos que llevaron a la suspensión.
El Inder nunca ha reconocido a la Asociación Cubana de Culturismo como entidad deportiva, a pesar de sus tres décadas de existencia. Pero el campeonato se celebró en un lugar diferente y en una provincia diferente, porque el objetivo siempre fue competir.
El último evento de este tipo se realizó en 2017, cuando desde las organizaciones de los eventos de fisicoculturismo y el Inder se estrechaban lazos, que pese a que no reconocían el deporte, no se hablaba de prohibir los campeonatos.
Desde esta prohibición, el deporte empezó a sentirse huérfano, los atletas no tienen un incentivo para continuar entrenando, pues no existe lugar donde se determine quién es el mejor nacionalmente.
Pese a que los campeonatos fueron exitosos en su momento, donde albergaban a una audiencia de cientos de personas, organizar la justa nacional fue palabras más grandes, por lo que el evento fue cancelado desde entonces.
“Queríamos hacer algo similar a un evento panamericano, y esperábamos hasta 2,000 personas. El grupo Palmares nos apoyaría a nosotros y a un operador autónomo de telefonía móvil, Trac M, que también nos daría un regalo”,
dijo en su momento Roly luego de la decepción por cancelar la actividad.
Ya se veía venir, Roly había recibido una llamada del Inder, quienes supuestamente estaban interesados en el juego, aunque las instrucciones superior indicaban la prohibición y aunque dijeron que no tenían nada para, el lugar acordado dijeron que por la fuerza mayor, no se haría el campeonayo.
Esto no solo le costó al comité de fisicoculturismo, sino también a los deportistas, quienes perdieron dinero y trabajo, además de los boletos.
Pese a que el Inder quería mostrar una cara amistosa con el comité de culturismo, salió a la luz una carta que pedía que se tomaran las “medidas apropiadas en su territorio para evitar que continúen o se desarrollen”.
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La carta trata sobre el desarrollo de “eventos deportivos recreativos no autorizados”, especialmente “diseñados únicamente a partir de gimnasios, actividades que no han sido asignadas”.
Para el momento la Asociación Nacional de Culturismo advirtió: “No está reconocido por la Ley 54 de las asociaciones cubanas, en otras palabras, es ilegal (…) Esta información debe enviarse al Consejo de Administración para alertarlos sobre este problema e incluso a las direcciones provinciales de Cultura, donde los teatros ahora se utilizan como sede de estos eventos”, pese a esta observación, el Inder se negó a responder.
Esta prohibición no trajo más que competencias clandestinas, pues los deportistas continúan practicando y los fanáticos se acercan hasta el lugar del evento, donde por lo general llegan cientos de personas.
Las asociaciones de fisicoculturismo siguen esperando que este evento pueda practicarse con tranquilidad y se les otorgue el reconocimiento oficial, como un deporte dentro del Inder.
