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Niña cubana cuenta cómo es vivir alejada de sus padres debido al covid-19

La pandemia la ha obligado a adaptarse a un nuevo ritmo de vida al que no estaba acostumbrada, pero se siente a gusto

La Niña cubana juega y hace tareas en su casa
La niña cubana se mudó con sus abuelos maternos, donde trata de llevar una vida normal/ Foto: Radio Guantánamo

El covid-19 ha desatado una crisis a nivel mundial en los aspectos de salud, económicos, sociales y hasta emocionales, pues muchas familias también se han tenido que separar a causa de la enfermedad. Tal es la historia de la niña cubana Naomi de 7 años, que ha tenido que vivir alejada de sus padres por la pandemia.

Desde el brote del coronavirus, como todos los niños en Cuba, la pequeña se ha mantenido en confinamiento, en aislamiento social; pero en en este caso ella tuvo que mudarse a otro municipio a vivir con sus abuelos maternos, debido a la responsabilidad que tienen sus padres y por resguardarse del coronavirus.

La pequeña continúa sus actividades escolares en casa, bajo la guía de su abuela /Foto: Radio Guantánamo

Pasó de vivir de Guantánamo ha el Salvador, luego que en su municipio se confirmara un caso cerca de su vivienda, porque además su madre es delegada y le toca andar y desandar por las calles, visitar a vecinos, participar en reuniones, entre otras cosas, por lo que a sus padres les pareció mejor enviarla con sus abuelos, dijo Naomi y agregó: “Aunque ella usa nasobuco eso puede pegarse y yo soy pequeña”.

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En una entrevista vía telefónica, la pequeña relevó que en su casa solo pasaba el día junto a su madre, quien era su única compañera para hablar y jugar, mientras en la casa de su abuela hay más personas además de sus abuelos, está su tía y prima que juegan con ella, por lo que piensa que es mejor vivir allá.

Sobre sus actividades de entretenimiento y diversión, dijo que jugaba a los disfraces:me encanta disfrazarme de persona grande con peluca, tacones y todo”.

“Dibujo paisajes, muñecas, veo televisión, tengo un parchí, yaquis, cuquitas, recorto figuras, leo revistas y libros, me gusta cantar, tengo un micrófono de papel que me hice yo misma”,

añadió sobre sus actividades diarias.

En el mismo orden, dijo que en casa de su madre, tiene un patio grande donde puede jugar y correr, además de practicar pases nuevos de baile que inventó ella misma, para que en el regreso escolar se lo muestre a sus amiguitas.

Pese a que la pasa bien en casa de sus abuelo, Naomi reveló que extraña un poco su casa, en especial a los vecinos de la cuadra y sobre todo a su mamá y aunque ahora juega mucho, tiene que ayudar a su abuela en el quehacer diario.

“También estoy escribiendo una poesía, pero me falta bastante para terminarla”,

dice entre risas la niña cubana sobre sus escrituras de los animales.

Sobre las teleclases impulsadas por el coronavirus, dijo que las ve los martes, miércoles y jueves, las cuales se las graba su prima y luego ellas las copia para aprendérselas al otro día mientras repasa.

en relación a sus actividades escolares, la pequeña también dijo que las extrañaba, en especial a sus amiguitas y no mucho a su maestra regañona que le da las quejas a su mamá.

“Yo estudio en la escuela Conrado Benítez y lo que no me gusta es que cuando comiencen las clases voy para el mismo grado, yo quería tener ya pañoleta roja, pero dice mi mamá que todavía me faltan cosas por saber para estar en cuarto grado”

Pero Naomi no solo está alejada de su madre, también de su padre quien vive en Venezuela (por las misiones de médicos cubanos) y que según ella, la llama constantemente y le prometió que al regresar a Cuba jugarán al festival de los besos, además de llevarle una muñeca.

El hombre era rehabilitador en ambulatorios en Venezuela, sin embargo, ahora el régimen de Maduro le asigno visitar las casas en los barrios para verificar que no tengan el coronavirus.

Sobre el trabajo de su madre, dijo que la mantiene ocupada, pues su actividad para la dictadura está en contante movimientos, pero llama a su hija para constatar que cumpla todas sus rutinas.

El encierro por estos casi dos meses no le ha sido fácil a la niña cubana, quien ansía salir de nuevo a jugar en la calle, pasear y bañarse en la playa.

Su papá y su tía son profesionales de la salud, por eso Naomi sale todos los días a las 9:00 de la noche al portal a aplaudir en homenaje y agradecimiento a quienes están en la primera línea de la lucha contra el covid-19.

Toda la crisis del coronavirus la ha inspirado a que cuando sea grande vaya a estudiar enfermería, “para inyectar a los virus y matarlos”

Por su parte, desde la perspectiva de su madre, Sisnay Fay Vargas, dice que la niña cubana Naomi tuvo que atravesar por un proceso de aprendizaje, para entender que no podía salir a jugar con sus vecinos.

“Trataba de buscar maneras de entretenerla, mantenerla ocupada. Comencé a darle tareas, responsabilidades para cuidar su salud mental, porque también extraña a su papá que está cumpliendo misión en Venezuela y su partida es todavía reciente para ella”, dijo Vargas.

También agregó que “en este período tan complejo, he visto como muchos padres para ocupar a los niños los dejan horas en la computadora y van creándole un hábito que luego es muy difícil de corregir”.

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