El régimen de Cuba durante las últimas semanas ha suavizado a nivel discursivo la situación epidemiológica de la isla, celebrando las supuestas condiciones favorables de los cubanos ante la COVID19 y reportando un número reducido de casos en su balance diario.
Luego de que a mediados de marzo se anunciara el cierre aéreo y marítimo de Cuba; se impusieran restricciones en torno al desplazamiento suspendiendo servicios de transporte público y privado y se reglamentara el uso del nasobuco, Cuba acumula a este 22 de mayo, un total oficial de 1916 casos de coronavirus asegurando la recuperación de 1631 de ellos.
Sin embargo en los últimos dos días, las autoridades confirman la muerte de dos cubanos, cada uno vinculado a dos eventos de contagio en donde los mecanismos de control de la pandemia evidente les fallaron a las autoridades. Uno, el deambulante vinculado al brote en el Centro de Protección Social del Cotorro en La Habana; el otro, un cubano de 56 años en la provincia de Matanzas, que podría estar relacionado con el brote en el Hospital Faustino Pérez.
Pero los mecanismos matemáticos cotejados por las autoridades sanitarias aseguran que la isla se encuentra en una condición muy favorable ante la pandemia y que habrían así ya superado el “pico” en la curva de contagio, que se refiere al momento en el que la pandemia alcanza su punto máximo, según el balance que lleva cada país.
No obstante, las cifras presentadas sobre la COVID19 por el Ministerio de Salud Pública de Cuba han sido cuestionadas no solo desde el exilio sino por cubanos dentro de la isla que no estarían conformes, cada quien observando su realidad propia.
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Aunque aún no se ha oficializado cómo será la “nueva normalidad” para los cubanos, varias instituciones han asomado estarse preparando para ese momento.
Entre otros casos, los medios oficiales dan aviso sobre hechos como “los túneles de vuelos” que realizan en algunos países del mundo para restablecer las operaciones aéreas o las declaraciones del mandamás Miguel Díaz-Canel celebrando la “dignísima” gestión durante la pandemia.
Se espera que en el transcurso de la próxima semana a más tardar, sea el Ministerio de Salud el que dicte a los cubanos cómo será el proceso de reapertura, que se realizará de forma escalada; aunque a ciencia cierta, las colas kilométricas registradas en todo el territorio nacional para el abastecimiento de alimentos y productos básicos, jamás dieron una sensación de distanciamiento ni de cuarentena preventiva.
El jefe de epidemiología del Ministerio de Salud Pública de Cuba (MINSAP), Francisco Durán García, indicó el pasado lunes que el regreso de los cubanos a sus respectivas rutinas será realizado de forma paulatina, en concordancia con algunos ejemplos del mundo; irían en función de la reapertura de escuelas, comercios y también de locales gastronómicos así como aquellos destinados a la ingesta de licores, la reactivación del sector transporte y posteriormente la apertura a extranjeros.
Proceso paulatino para cubanos tras la COVID19
En el caso de los escolares cubanos, las pautas ya fueron giradas: se tratará de un proceso de ocho semanas de nivelación post pandemia antes de retomar el curso escolar, dividido en etapas. Sobre el sector transporte, se espera también ocurra con prontitud, considerando que es el medio de sustento de muchos, especialmente los pertenecientes al sector privado.
Ocupan a las autoridades de la isla abrir las fronteras para el ingreso de turistas, una de las principales fuentes de divisas de la economía de la isla y la motivación para que, en comparación con el mundo, Cuba retrasara la prohibición de nuevos vuelos desde y hacia la isla.
Pero mientras, la normalidad de los cubanos continúa siendo ver cómo se abastecen de alimentos y productos básicos, que con o sin pandemia, debían seguir adquiriendo para subsistir, aunque el proceso de apertura podría brindar alguna sensación de alivio, especialmente a quienes viven del día a día para llevar el pan a la mesa.
Redacción Cubanos por el Mundo
