La prensa oficial reseña la reactivación del hospital Julio Aristegui Villamil en el municipio Cárdenas, de la provincia de Matanzas tras superar el brote por coronavirus, en momentos donde otro evento se registra en la provincia, ahora en el Hospital Faustino Pérez.
Da parte así del proceso de desinfección en ambos hospitales de Cuba, cuyas operaciones estarán activas luego de representar un punto de emergencia y alerta para la población. La institución de Cárdenas asegura poder recibir al menos, a 166 mil ciudadanos que hacen vida en este municipio y también a los que llegan desde Martí y Perico, añade ACN.
Por el evento en Cárdenas, al menos nueve profesionales de la salud se contagiaron con la enfermedad. Entonces no se les apuntó con el dedo por el brote, que además afectó a una decena de pacientes y 17 de sus familiares y allegados. Sin embargo, sí destacan recientemente sobre el incremento en los mecanismos de prevención que deben seguirse para evitar el contagio del virus.
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En palabras del director del hospital Julio Aristegui Villamil, Wilson Montoro Bombuses, ya este centro médico se encuentra desinfectado, por dentro y por fuera, en un centro que fue primero puesto en cuarentena y luego vaciado para un proceso de “relanzamiento”, por llamarlo de alguna manera.
Ahora prometen entregar, al menos en uno de los hospitales de Cuba, una “una imagen renovada”, de acuerdo al parte de la Agencia Cubana de Noticias.
Con pintura externa y también a lo interno, además de la limpieza necesaria de las áreas exteriores y la adecuación de los baños de la institución, maquillaron las condiciones del centro, que suele ser objeto de denuncia frecuentemente por quien los visita; un mal que afecta a cualquiera de las instituciones hospitalarias de la isla.
Aseguran ahora, tener en el Julio Aristegui Villamil la necesaria “percepción de riesgo”, que demandan insistentemente desde el Partido Comunista de Cuba (PCC), aunque parezcan ser las propias autoridades provinciales quienes carezcan de ello, al no suministrar los recursos necesarios para afrontar la pandemia y apunten directo las culpas, cuando algo sale mal, hacia quienes están en la primera línea de combate.
Se espera, según refirió Montoro Bombuses que el proceso de desinfección, que debería formar parte del protocolo habitual de cualquier centro hospitalario, con o sin pandemia, sea algo que “llegó para quedarse”. Sobre el personal médico, estarán ejerciendo en sus puestos quienes arrojen negativo a la prueba de PCR.
Mientras, la situación en el Hospital Faustino Pérez continúa siendo sombría. Con más de una veintena de trabajadores del centro en aislamiento tras resultar positivos al coronavirus, además señalados por las entidades de gobierno en esa jurisdicción, el descontento pulula así como lo hace el virus.
Tras el brote en esta entidad, aparecieron mecanismos para resolver la falta de agua que al menos desde hace un año los afectaba. Desde que trascendió la información y de que inclusive recibió el hospital la visita de la máxima autoridad del Ministerio de Salud Pública, según confirmó una fuente a Cubanos por el Mundo, apareció el hipoclorito, el jabón y los tanques para almacenar el vital líquido.
Queda por delante que los responsables, todos en sí, asuman más que culpas, la decisión de poner en funcionamiento real los hospitales de Cuba, aunque para quien hace de la verborrea su única gestión, esto parece ser imposible.
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Redacción Cubanos por el Mundo