Ante la falta de harina de trigo que enfrenta la industria cubana, desde las entidades estatales definieron su sustitución con derivados de arroz y maíz, de acuerdo a la prensa oficial. Croquetas y otros embutidos serán elaborados con esta base, según definió la Industria Comercializadora Bayamo.
Con la harina de arroz y maíz pasarán a elaborar productos de la cotidianidad cubana, como el picadillo, la mortadela y las croquetas – esperemos que no explosivas – en momentos donde la escasez de alimentos acosa a la población que se aglomera a las afueras de comercios esperando surtirse “de lo que sea”.
Es así como ahora la harina de trigo será sustituida en la industria, una práctica que de acuerdo a la prensa oficial lleva algunos meses realizándose, lo que supondría, una menor dependencia a la importación, afectada de acuerdo al reporte en Granma – y para sorpresa de los lectores – por la situación pandémica y no por culpa del embargo estadounidense.
Al menos veinte productos derivados de la pesca son procesados ahora con estas harinas locales, que de acuerdo al jefe de producción de una de las unidades del colectivo Vanguardia Nacional, Carlos Tamayo, no tienen incidencia en la “calidad” de los productos fabricados.
Será también la harina de yuca en Cuba
Estas harinas, específicamente la de arroz, pasarán también a formar parte del proceso de elaboración en Cuba de panes y galletas, además de ser utilizados en la fabricación de conservas y otras industrias como la de carne y leche.
Ya ante la escasez de harina de trigo esperaba Cuba solventar con una fábrica de harina de yuca, como sustituto para la oferta local. Debido a la situación particular de este rubro, en provincias como Villa Clara se definió la suspensión de la venta de pan liberado, quedando solo a expensas del asignado por la libreta de racionamiento.
Redacción Cubanos por el Mundo