El negligente servicio nefasto de Tuenvío ha afectado a cientos de cubanos, entre ellos, Alexis Oberto Barbosa, quien desde hace más de días hizo una compra en línea, pero hasta el momento, está esperando por los productos, el reembolso del dinero, o al menos una respuesta.
El hombre no deja de preguntarse, por lo que sucedió con su despacho: “¿De quién es la culpa de la insensibilidad en la atención a las compras en línea; es insuficiente infraestructura o falta de profesionalidad de algunos?”.
Según explicó Oberto Pantojan, desde el pasado 5 de mayo, encargó mercancía a través de la tienda virtual Tuenvío, que luego de terminar la transacción, la plataforma arrojó que su compra llegaría hasta su vivienda en menos de una semana.
“Entre cinco y siete días”, ese es el estipulado según el mensaje que recibió, pero 10 días después comenzó la impaciencia; y continúa esperando por Tuenvío, en su vivienda ubicada en la calle 23, biplanta 3, apartamento 3, entre 308 y 310, reparto Barbosa, Playa, La Habana.
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“Ya hace 20 días que mantengo la zozobra sobre adónde fue a parar mi compra o mi dinero. No tengo los productos comprados ni el dinero invertido. Y lo más preocupante: sin información, con la sensación de haber sido timado”,
dijo.
En busca de una respuesta, el hombre ha enviado al menos cuatro correos electrónicos con su queja a Atención al cliente de la tienda; y hace al menos tres llamadas diarias al teléfono, pero nadie lo atiende, tal como todo lo que tenga que ver con régimen cubano.
Los métodos imporvisados de la dictadura castrista, al ordenar hacer una aplicación nefasta de “envíos a domicilio”, como método para mantener a los cubanos confinados por la pandemia del COVID-19.
Jugando tanto con la confianza del pueblo humilde, los reclamos son ignorados, mientras que la directiva sale en los medios oficialistas de Cuba, hablando de la efectividad de la aplicación y los esfuerzos para mejorarla, sin embargo, la realidad se evidencia en los cubanos que siguen esperando las compras de Tuenvío.
“Más que solucionar la situación de los productos adquiridos y no entregados, propongo que se reflexione sobre lo que se dice y no se hace. Si me entregan mis productos, es un acto de justicia, pues los he adquirido con mi trabajo honesto”, expresó el hombre.
Asimismo, continuo: “Si se han desaparecido, entonces me hurtaron mi dinero, y en correspondencia actuaré. Pero si no solucionan el tema de la información al cliente en tiempo y forma, entonces estaremos escribiendo una obra de teatro que hoy es comedia y mañana puede ser una tragedia”.
