Una vez más, el régimen cubano atenta contra la economía independiente y los trabajadores, en esta oportunidad el turno fue para el propietario de una vivienda en Pinar del Río que fue ocupada por la policía por tener un “número significativo” de piezas y accesorios para moto.
Según un televisado de la prensa cubana, se hizo un despliegue policial luego que los “órganos especializados” del ministerio de interior en la localidad, allanaron una propiedad en el reparto Lázaro Acosta, a cargo de un cuentapropista identificado como Luis Lescano corrales.
La mercancía fue decomisada, pese a que el hombre tenía una licencia desde hace cuatro años, que le permitían comercializar accesorios de goma y no de motos, por lo que fue acusado por incurrir en el delito de actividad económica ilícita.
“Le compro a todo el que venga a mi casa y me diga ¿quieres quedarte con 10 cascos? y me quedo con 10 cascos, le doy un margen comercial”,
dijo Lescano Corrales al ser interrogado por la prensa.
Asimismo, indicó que su margen de ganancia es de uno a dos pesos cubanos.
Por su parte, Yusniel Mena Febles, jefe de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) municipal de Pinar del Río dijo que, el acusado está detenido en un proceso de investigación, para dar con el paradero con las personas que le llevaban la mercancía.
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Este decomiso se ejecutó a pesar de que el cuentapropista de Isla de la Juventud posee un documento que contempla que los materiales los obtuvo mediante un cambio por chatarra aparentemente legal.
Por este hecho, el hombre podría estar privado de libertad entre seis meses y dos años o enfrentar una multa de 200 a 500 cuotas o ambas.
La presa cubana, calificó el hecho como “corrupción” y no especificaron la cantidad de productos sacados de este “número significativo” de piezas y accesorios de moto.
Persecución a cuentapropistas
Este tipo de operaciones ya se hace habitual en Cuba de la mano de la dictadura, que persigue y acosa a los comerciantes y trabajadores independientes, en aras de imponer una política socialista en la que insisten, aun cuando ha fracasado.
Acentuando aún más los problemas económicos en la isla, el régimen busca impedir las actividades comerciales con normalidad, a través de las incautaciones y decomisos injustificados.
Además, las autoridades imponen multas exageradas para también lucrarse de los emprendedores cubanos.
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