22 cubanos, de 27 miembros de su tripulación llegan infectados de coronavirus a Cuba tras estar navegando en el buque Alicia. De allí parte el manifiesto de la prensa oficialista por decir que el arribo de la embarcación nombrada como el épico personaje de la novela de Lewis Carroll, lo hizo al “país de las maravillas”, una nación a la que aseguran querían volver para recibir “la atención de primera”.
El capital del buque Alicia, en entrevista con la prensa oficial, aseguró que ante los primeros síntomas del virus en algunos miembros de la embarcación, su principal objetivo era llegar a Cuba, donde manifestó “seríamos atendidos de lo mejor”.
“Una vez que atracamos sería un alivio grande. Sabíamos que cuando llegáramos a Cuba estaríamos en buenas manos”, comentó el capitán Mario Colás Martínez.
Para la tripulación es evidente que luego de siete meses navegando y padeciendo en los últimos días síntomas de un virus desconocido, el deseo exacerbado por volver a casa.
¿Por qué Cuba es el “país de las maravillas”?
Ahora, viéndolo desde otra perspectiva, Alicia en el país de las maravillas combina alucinantemente la fantasía con la realidad, una práctica común en la isla entre lo que viven a diario los cubanos y lo que se lee en la prensa oficial o se expresa desde el Partido Comunista de Cuba (PCC).
Pueden los cubanos también vivir con la angustia que sintió Alicia al descender sin límite en aquella madriguera, viendo a diario como sin freno, cae aún más la economía familiar y las oportunidades. También así la lucha constante contra el tiempo: una isla que quedó atrás en comparación con el mundo, que siente llegar tarde a cada faceta, como la inclusión a las redes móviles y el acceso a Internet, ahora visto desde la perspectiva del comercio electrónico.
O quizás la costumbre de estar bajo un sistema continuista, al que la gente se acostumbró, dejando atrás los deseos de libertad y aventura, como el sombrerero loco que se centró en el eterno té de la tarde.
Pero sin duda, la mayor comparación que podría establecerse está en la intolerancia de quien gobierna. “La reina de corazones”, esa que ordenaba a cortarle la cabeza a quienes la desafiaran o cuestionaran cualquiera de sus mandatos.
El control absoluto y la desproporción para resolver cualquier dilema con el uso abrupto de la fuerza, es más que conocido y todos saben hacia donde apuntar cuando deba buscar en la isla, a la intolerancia y el irrespeto.
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Redacción Cubanos por el Mundo
