La miseria a la que el régimen venezolano ha sometido a la ciudadanía, se refleja en cada uno de los aspectos de la vida cotidiana en Venezuela, especialmente el más sensible y el que vulnera a todos, el hambre; por lo que muchos buscan a diario en la basura para comer.
En entrevista, un venezolano de nombre William Chacón, reveló su historia y todos los padecimientos que tiene sobre dos muletas que lo ayudan a echar a andar el paso, para no dejarse morir de hambre.
Desde hace aproximadamente dos años, como otros tantos venezolanos, Chacón vive en condición de indigente y ha tenido que revisar entre la basura, a ver si encuentra un poco de desechos de comida, como método para llevarse algo a la boca.
Su día comienza cerca de las 7 de la mañana en la ciudad de Los Teques, cuando se acerca hasta la casa religiosa de las monjas, que le ofrecen un poco de comida, seguidamente va hasta un hospital a que le presten atención para curarle una úlcera varicosa en su pie derecho.
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Cuando atraviesa frente al basurero local dice: “Toda esa basura la revisaba yo antes para sobrevivir y comer”.
La indigencia de Chacón llegó con un el inmenso dolor por la partida física de su hermana y su madre, que lo dejaron desprotegido, vulnerable y solitario, pero una anciana le ofreció “un techito”.
El problema en sus piernas ocurrió luego de un accidente, cuando una moto lo atropelló, provocándole una fractura en la tibia y peroné, donde sus úlceras se produjeron cuando agarró una infección en el hueso que requiere ser operada, pero en su condición y pese a que la dictadura venezolana presume de su “sistema de atención gratuita”, esto es un imposible, pues tiene que llevar un montón de insumos que debido a la escasez son costosos en el mercado negro.
La crisis por la pandemia, le han dificultado una más su día a día y espera que el gobierno le estregue la “ayuda social” a través de un subsidio de alimentos que venden a bajo costo denominado “Comités Locales de Abastecimiento y Producción” (Clap).
“En ningún momento he recibido una bolsa ni una caja Clap, quisiera me llegara un bolsita para colaborar a donde estoy; los alimentos cada día son más caros (…) cuand voy a preguntar cuánto cuesta un arroz o una harina, un bono (ayuda social) no alcanza para nada”,
afirma Chacón, mientras que el régimen venezolano encabezado por Maduro, afirma que las bolsas de alimentos le llegan a cada uno de los venezolanos.
Mientras William Chacón, recorre las calles en busca de comida, no pierde la esperanza de que todo para él algún día mejorará, ya que espera conseguir un trabajo que le permita valerse por sí mismo.
Comer de la basura es el drama diario de los venezolanos, que buscan la manera de saciar el hambre y sobrevivir, ante una crisis mezclada con la escasez de alimentos y productos básicos, además de una latente inflación, que ha obligado a los comercios a dolarizar, mientras el venezolano solo gana en promedio alrededor de 4 dólares, condenados a tener recurrir a ayudas sociales para subsistir.
