Chivatería cederista en Miami; denuncian a mujer que vendía “completas” en su casa

Una mujer que vende “completas” en su casa de Miami fue “chivateada”. Dice que no sabe quién fue, pero que lo sospecha, y sigue vendiendo comida “sigilá”.

Algún vecino de “Marianela” en el NW de Miami sacó a relucir toda la casta “cederista” que le inculcó el Coma Andante en Jefe en las venas y denunció a esta pobre mujer que se busca la vida desde hace un tiempo, vendiendo “completas” entre sus vecinos, por el módico precio de, a veces, hasta $6 usd.

“Marianela” me pregunta si yo soy el muchacho que envió Emilio y le digo que sí. Me pregunta que qué quiero, me lo despacha, me dice que son $5 usd mientras me hace el cuento de que un vecino “la echó pa alante”.

Cuenta la mujer que ella no tiene ni idea de quién la echó para alante, pero dice que lo sospecha. Tras tantos años sobreviviendo en Miami con sus completas en el barrio de la 27th Ave y la Calle 7th St, dice que todo iba bien hasta un día en que se le tiró la policía y le metieron una multa. Desde entonces, dice, anda “sigilá”, vendiendo menos, “pero sin robarle a nadie”.

Marianela dice que lo que llegó al barrio después de ella fue “tralla mala”, y afirma que en el noticiero llueven todos los días las noticias de los cultivadores de marihuana y tarjeteros; individuos que se han sumado a los dueños de clínica y a los fabricadores de accidente para vivir a costilla de los demás.

“Yo me las he visto duras aquí, pero he luchado lo mío sin meterme en problemas con nadie. No hay nada más deshonesto que robar. Nunca choqué un carro,” explica.

Luego cuenta que en todos los timbiriches del área, te venden cualquier mierda de comer por $7 pesos mal cocinada y que su fama en el barrio está bien ganada.

“No aprieto a nadie, si me dicen echáme más, le echo más; gente que tú complaces hoy te repite mañana. Yo soy la Reina de las completas en el área, aunque ahora ando bajo perfil,” afirma.

Mientras me voy, me pide por favor que no le diga a nadie que ella vende completas. Asegura que por ser yo “familia” de Emilio es que ella accedió a despacharme. Aclara que lo de ella es “para vivir” y no para hacerse rica, y que todavía está esperando alguien que cocine mejor que ella en el área.

“Los que me echaron para alante son unos envidiosos. Comunistas que Fidelito adoctrinó; aquí los cubiches estos que llegaron nuevos son capaces de quedarse ciegos por verte tuerta, mijito,” dice “Marianela” mientras cierra la puerta de la casa y me grita ya cuando estoy en la acera:

“Oye, dale un beso a tu mamá de mi parte”.

Supongo lo hizo para despistar.